El pintor Joaquín Sorolla 'pone luz' en la Casa Museo de Telde

Una nueva cita con el Ciclo Los Amigos-Amigas de León y Castillo que dirige y coordina Antonio María González Padrón, historiador, cronista oficial de Telde, licenciado en Historia del Arte, tuvo lugar la tarde del jueves 29 en la Casa Museo León y Castillo, dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, presentando la figura del artista Joaquín Sorolla y Bastida (Valencia, 1864-Cercedilla, Madrid,1923).

González expone en su conferencia el contexto histórico que marcó la biografía del pintor de la luz y su relación con el abogado, político, diplomático, ministro de Ultramar durante el reinado de Alfonso XII, Embajador de España en París, Fernando León y Castillo, marqués del Muni (Telde, Gran Canaria, 1842-Biarritz, Francia, 1918).

En el curso de la España del siglo XIX, se suceden gran parte de conflictos que unos legados desde el reinado de Fernando VII y otros surgidos en períodos constitucionales derivados de posiciones políticas polarizadas entre conservadores y liberales, monárquicos, conflictos civiles y guerras carlistas que convulsionan el país, partidarios de hacer saltar la monarquía de Isabel II, como sucedió con la revolución de la Gloriosa de 1868, el sexenio democrático, pronunciamientos militares, golpes de estado, la Primera República de 1873, su fracaso y la esperanza de un equilibrio del país con el advenimiento de la monarquía en la restauración borbónica en la persona del rey Alfonso XII, quien conduciría los destinos de España hasta la regencia de María Cristina de Habsburgo y su hijo el rey Alfonso XIII.

Un mapa de España que en 1898 da por acabado su imperio con la pérdida de las antiguas colonias de ultramar, Puerto Rico, Guam, Cuba y Filipinas. No obstante, ante esta situación de crisis política, territorial y memoria del secular imperio que con sus luces y sombras mantuvo el prestigio de España ante el mundo, surgen una serie de intelectuales que llenan el vacío histórico de este desenlace que llenan el diverso campo de progreso tan necesario entonces.

La ciencia, las artes, las letras, el pensamiento, la filosofía, etc, llenan ese vacío decimonónico y abren las puertas del conocimiento al siglo XX, como lo fue la Generación del 98, que se vieron afectados profundamente por la crisis moral, social y política por estos sucesos y, posteriormente, la del 27 con otros movimientos culturales que surgen con el tiempo. González tras esta primera exposición destaca en este espacio entre siglos la importante figura del artista valenciano, Joaquín Sorolla y Bastida, pintor prolífico impresionista, postimpresionista y luminista.

De familia humilde Sorolla queda huérfano a los dos años y sus tíos corren con su educación que comienza en la Escuela de Artesanos de Valencia, donde ya desde joven muestra sus buenas capacidades para el dibujo y la pintura. Participa en concursos provinciales y exposiciones de bellas artes. Consigue una beca y avanza en sus estudios, Viaja a Roma descubriendo el arte a gran escala, en París conoce a los maestros del impresionismo y se relaciona con el político español Fernando León y Castillo, protector de artistas e intelectuales españoles, tal es el caso del universal Benito Pérez Galdós, a quien Sorolla realizó un excelente retrato como a tantas otras personalidades.

El pintor de la luz gusta de trabajar el óleo sobre lienzos de medianos y grandes formatos utilizados, previos bocetos y dibujos para determinar la obra a ejecutar, subido en una escalera y al aire libre, tras un parapeto librándose del viento, son conocidas sus pinturas con temas variados sobre la vida de los gremios marineros, la vuelta de la pesca de pescadores, plegando velas o remendando redes y nasas, mujeres y hombres envueltos en sus duras tareas por obtener el precioso fruto del mar en playas y orillas del litoral valenciano, con cierto argumento social del dramatismo de sus personajes reflejados en el cuadro que titula, ¡Aún dicen que el pescado es caro!.

Hermosas y numerosas escenas como muestra del dominio de la luz, el aire, las sombras bajo las pamelas, sombreros de playa, bajo toldos y parasoles, vestimentas en movimiento y el ambiente de naturaleza abierta al litoral mediterráneo o la sutileza del paseo por las tranquilas orillas al caer la tarde, niños desnudos, bañándose buscando sus propias sombras, con títulos de la serie El baño, barcos a vela, venta del pescado por mujeres que en cestas reparten su oferta, tradición y memoria de escenas testimoniadas en nuestras costas canarias, niños sobre rocas, buscando mariscos.

Motivos de siesta, descanso sobre las arenas o niños jugando con barquitas, jardines en emblemáticos lugares, momentos que capta y refleja en sus cuadros como gráficos que, a través de sus viajes por los diferentes escenarios de España, desde litorales hasta las montañas, ambientes rurales, etc.

Una perfecta y lograda armonía donde el tratamiento de la luz y sus proyecciones sobre el lienzo son variables cromáticas de una espectacularidad impresionista que lleva a considerar la realidad tanto artística como la crónica social de la época que el artista plasmó en toda su extensión regional y de tradición españolas o referentes a episodios históricos.

Sorolla en 1888 contrae matrimonio con Clotilde García del Castillo, tiene tres hijos y profundamente enamorado de su esposa le dedica numerosos cuadros. En 1889 se instala en Madrid y viaja a París en 1894, donde desarrolla el luminismo característico de sus obras. Como retratista de la nobleza y personalidades posan para él, Ramón y Cajal, Pérez Galdós, Machado, Blasco Ibáñez, Emilio Castelar, Alfonso XIII, Victoria Eugenia de Battenberg y otros retratos de familia y amigos.

Con gran número de obras, unas 2200 catalogadas, el artista valenciano con una consagrada fama y prestigios internacionales realiza la extraordinaria colección pictórica de gran formato para la Exposición de la Hispanic Society of América, entre 1913 y 1919, obras de carácter costumbrista, regionalista de un enorme éxito por el mensaje regional de la España profunda. Estudió la obra de Velázquez y otros artistas en el Museo del Prado.

Ya en sus últimos años toma un estilo más realista y melodramático oscuro. Su casa de Madrid fue reabierta en 1932 como Museo Sorolla. El acercarse a la obra de Sorolla que, aunque fallece a los 60 años, sus restos reposan en el cementerio general de Valencia, es recorrer desde la visión artística de un gran maestro de la pintura, los aspectos históricos, humanos, regionales y artísticos de la piel de una España y su contexto secular centrado en su observación desde el mirador y escenario del siglo XIX y los inicios del XX.

Una ponencia que González Padrón incluye con la proyección de imágenes referentes a la biografía y gran obra artística que pone de relieve y su relación con Fernando León y Castillo y Benito Pérez Galdós, de quienes realiza retratos de ambos personajes grancanarios contemporáneos y protagonistas del desarrollo y progreso por sus actividades profesionales de la España que pintó Sorolla.

El ciclo Los amigos-as de León y Castillo sigue cosechando éxitos por la importancia de sus conferencias y difusión cultural que la Casa Museo León y Castillo con los programas culturales de la Consejería de Cultura del Cabildo, entre otros de diversas dinámicas y proyecciones de actualidad como magníficas ofertas destinadas a enriquecer el acervo cultural de la ciudadanía. Enhorabuena. Gracias.

Reportaje gráfico de la conferencia sobre Joaquín Sorolla en Telde.