Fervor festivo

La Bajada de la Virgen del Pino fue un éxito. El tránsito desde Teror a la catedral, pasando por puntos rurales como adentrándose en los barrios de la ciudad hasta alcanzar Vegueta, estuvo arropado por una multitud de fieles. Hubo devoción, festividad y reivindicación del pueblo canario. La apoteosis llegó durante la tarde, cuando la comitiva enfiló la calle Codina. La emoción acompañó unos instantes que hacen historia en la isla. Las autoridades intervinieron, entre ellas el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, y la alcaldesa capitalina, Carolina Darias, dando rienda suelta a los quince días que inaugura la concurrencia mariana en Las Palmas de Gran Canaria.

A primera hora del sábado, el obispo Cristóbal Déniz tomó el mando y guió desde Teror a Las Palmas de Gran Canaria. Cumplió su cometido. Anduvo lo que no está escrito. Mas relucía satisfacción en Vegueta, al caer la tarde, cuando era sabedor de que todo había salido bien. Se repartían los saludos, las enhorabuenas mutuas y preguntó a los servicios de seguridad si había habido algún percance de importancia (que no lo hubo) o si necesitaban algo. El de Valsequillo hizo de pastor hasta el último minuto, con más de treinta kilómetros recorridos a sus espaldas.

Esta semana le toca a Santa Lucía de Tirajana y Telde recibir a la Virgen del Pino. En ambos municipios se están preparando con sus mejores esfuerzos. De hecho, el alcalde tirajanero, Francisco García, y el regidor teldense, Juan Antonio Peña, estuvieron en Teror en la amanecida del sábado. En la ciudad de los faycanes se espera con gran expectación que la Virgen del Pino y el Cristo de Telde se encuentren, así como la posterior procesión que tendrá lugar entre San Gregorio y San Juan. Un momento de enorme valor.

Cuando asistimos a la degradación de los usos y costumbres, a la pérdida de la fe que es suplantada por el materialismo y la sociedad de consumo, Gran Canaria reviste una jornada de fe pletórica. Mayores y jóvenes, de todas las edades, se dieron cita en la plaza de Santa Ana para ver a la Virgen del Pino subir por la calle Codina hasta la catedral. De todas las condiciones sociales, con especial pasión sentida de las clases populares, de los más necesitados, recibieron la devoción terorense a la que se puede rendir honor ya en el templo. Antonio Morales en su intervención recordó las palabras del papa León XIV. Pidió paz, una urgente paz, con especial incidencia ante el genocidio en Gaza. En tiempos oscuros, la fe y los valores nos salvaguardan.