Identidades

En esta semana que celebramos el día de Canarias, asistimos a una explosión de Canariedad por todos los rincones de nuestra geografía. Cuando hablamos de identidad, nos referimos a un conjunto de características, rasgos, creencias, valores y experiencias que definen quiénes somos, como individuos y como sociedad. La identidad del pueblo canario, nuestra identidad; es un conjunto de rasgos culturales, históricos, sociales y geográficos que nos definen, como una comunidad con características propias, aunque estrechamente vinculada a Europa, África y Latinoamérica.

La identidad es un concepto complejo y multidimensional que puede abordarse desde diferentes perspectivas. La identidad no es estática; evoluciona con el tiempo por influencias como la familia, la educación, la sociedad y las experiencias personales. Factores como la migración, la globalización o crisis personales pueden redefinirla. Nuestra identidad es mestiza, orgullosa de nuestra tierra y con una cultura viva, que navega entre la tradición y los retos de la globalización.

No tenemos una sola identidad, tenemos 8 almas que se entrelazan en una identidad como expresión política. Esa expresión que usa los rasgos culturales, étnicos, nacionales, religiosos o sociales para construir narrativas colectivas, para reivindicar derechos, ejercer resistencia o legitimar proyectos políticos. En este contexto, la identidad deja de ser solo una cuestión personal o cultural y se convierte en una herramienta de movilización y poder, capaz de transformar realidades sociales y estructuras de gobierno.

Nuestro acervo cultural es expuesto en estos tiempos, en todas las plazas de nuestras ciudades, pueblos y barrios como expresión de nuestra identidad cultural, dándonos un sentido de pertenencia, dando forma a nuestra identidad canaria como rasgo distintivo con respecto a otros territorios. Un sentimiento de diferencia respecto a otros pueblos.

Nuestra identidad nos define y como ésta, influye en nuestra percepción de nosotros mismos y como nos relacionamos con los demás. Nuestras costumbres, nuestros giros lingüísticos, nuestra historia y valores compartidos definen nuestra identidad como pueblo. Las identidades, como fenómeno dinámico, surgidas del enfrentamiento entre los pueblos han beneficiado a quienes han enarbolado la división y la opresión. Su relato, ha sido construcciones históricas, sociales y culturales que surgen como respuesta a condiciones de dominación política, económica y cultural.

La fuerza identitaria de un pueblo radica en su capacidad de reinventarse y articular proyectos emancipatorios. Desde lo identitario y lo local hay fuerzas que nacen desde la ilusión, la emancipación y la esperanza, como el nuevo movimiento Primero Canarias Municipalistas, que recientemente ha visto la luz, se ha reinventado desde lo local, ofreciendo un proyecto novedoso, desde las singularidades locales e insulares para atisbar un concepto identitario canario distinto.

No entro a valorar, cual fue el detonante para su irrupción en el panorama político, - pues tengo claro que la utilización del aparato, por parte de todos los partidos políticos, de mecanismo de disuasión, de contención, etc., contra disidentes, es una práctica recurrente en organizaciones con estructuras jerárquicas -, pero esto último, merece otra reflexión.

Gregorio Viera Vega fue concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Telde.