Perder las formas

Alberto Núñez Feijóo tilda de “capo” a Pedro Sánchez, de “mafia” a su Gobierno. El que fue secretario de Estado en época de Mariano Rajoy, ingresa en prisión. Es decir, el número dos del Ministerio del Interior, Francisco Martínez. El encargado de la policía. Casi nada. Y todo bascula en el presunto uso torticero de agentes policiales para esquivar el peligro para el PP de los ‘papeles de Bárcenas’. Leire Díez, militante del PSOE, se dedica supuestamente a recabar información en contra de la Guardia Civil. El PSOE podría estar volviendo a los GAL; eso sí, digital, sin pistola ni cal viva. Esta es la situación que vive la política del país en los últimos días.

Feijóo llama a manifestarse en la calle dada la gravedad de las circunstancias. Pero no presenta moción de censura contra Sánchez. ¿Miedo a perderla? Es lo mismo. Las mociones de censura se esgrimen como instrumento parlamentario para elevar el tono y radiar la pretendida insostenibilidad del Ejecutivo. Es lo que hizo Felipe González contra Adolfo Suárez en 1980: Felipe la tenía perdida de antemano, y lo sabía, solo quería visualizar que él era la alternativa natural. En las elecciones generales de 1982 arrasó en las urnas. Sin embargo, Feijóo se esconde en términos parlamentarios.

El líder del PP da una rueda de prensa y no acepta preguntas de los periodistas, negando que los medios de comunicación participen de su intervención en aras de precisar, aclarar y ahondar en la información. Alude a la gravedad política del país y, sin embargo, el gallego no brinda limpieza al enarbolar su teórica regeneración. Así, no. Así, pierdes congruencia y, por ende, credibilidad. Es volver a la televisión de plasma en la que Rajoy se agazapaba para tampoco ser preguntado por las cabeceras y agencias de noticias.

Cuando pase la manifestación, el PP tendrá su congreso. Mientras tanto, Vox acude a una manifestación a las puertas de La Moncloa. Fue este jueves. Retorna la ultraderecha con sus usos más ocursos de la Transición, aunque entonces tenían pistoleros que asesinaban. A pocos metros del presidente del Gobierno, Vox está allí con un grupo de personas (la cita pinchó) que portan banderas del franquismo; las del ‘aguilucho’. Este es el estado de revista nacional. La degradación permanente en el que la ausencia de responsabilidad es palmaria. Incluso, desde el principal partido de la oposición. Si el PP considera que la gravedad es tal, que registre una moción de censura. Agitar las calles, se le puede volver en contra.