Uno se pregunta si era necesario disparar cinco veces para acabar con la vida de otra persona. ¿Acaso con una sola bala y destinada al pie o la rodilla no valía? Ya sé que decir estas cosas ahora, incluso reinando la tristeza de la muerte del joven Abdoulie Bah, es ir contra corriente. Que la versión oficial, que será presuntamente la verdad o la más verdadera, impera amén del aparato del Estado. No se entienda, por tanto, un cuestionamiento. Mas la duda persiste. De verdad, ¿cinco disparos? Permítanme el sano ejercicio de dud
ar. Que, por un momento, me sienta un actor más del jurado popular de aquella legendaria película: ‘Doce hombres sin piedad’ (1957). Al final, en el largometraje absuelven al acusado. Pero eso no es lo interesante ‘per se’ de la obra, sino la manera en que van discurriendo en la duda, el argumento y en la contradicción en aras de un desenlace razonado. Eso es, razonar; qué poco se razona hoy en la sociedad.
El joven gambiano de 19 años actuó mal, muy mal. De eso no hay duda. ¿Podría haberse evitado el trágico desenlace? Será en sede judicial donde se dirima. Ojalá prime la máxima transparencia. A buen seguro, los propios agentes policiales estarán pasando un mal trago. Y eso les acompañará por mucho tiempo, si no siempre. Qué pena. Pero no despachemos la muerte de Abdoulie Bah sin más, con el carpetazo de los cincos disparos teóricamente procedentes.
Todo esto rescata, salvando la distancia, la obra de teatro de Darío Fo: ‘Muerte accidental de un anarquista’. El feroz papeleo e interrogatorio en la comisaria donde el aparato represivo del Estado tropieza con el absurdo de la vida. El mismo que llevó a los manifestantes a la plaza de la Feria a reclamar responsabilidades y luz en las puertas de la Delegación del Gobierno.
¿Fue proporcional el uso de la fuerza? Cinco disparos quizá fueron muchos disparos. Lógicamente, cuando llegaron los servicios sanitarios ya no tenían nada que hacer. Mas la justicia dirá. Estábamos acostumbrados a ver noticias de este estilo procedentes de Estados Unidos. A saber, trances entre inmigrantes y agentes policiales. En Canarias, no. Ha causado conmoción, naturalmente, pero a ver quién quita esos cinco disparos del imaginario popular. Con o sin sentencia, resonarán un largo ciclo en los alrededores de la terminal de Gando. Venir de Gambia para esto... Y sí, estuvo mal lo que hizo. Aunque es normal que dudemos.
























Ayoze | Lunes, 26 de Mayo de 2025 a las 08:34:13 horas
El redactor de esta columna está acostumbrado a ver películas americanas, que por lo que se ve esta haciendo mucho daño en cierto segmento de la sociedad actual.
La ley es muy clara al respecto, el uso del arma de fuego es proporcional cuando exista un riesgo racionalmente grave para su vida, integridad física o la de terceras personas.
En este caso en concreto esta más que justificado ya que no se da uno de estos escenarios sino casualmente los tres, recordemos que no sólo corría peligro la vida e integridad física de los agentes sino también la de terceras personas a pocos metros de distancia.
Para los que no lo sabéis un arma blanca en ciertos escenarios puede ser mucho más peligroso que un arma de fuego y aun algunos creo que tenemos el concepto de que no hacen daño, siendo sus heridas en múltiples de ocasiones más lesivas que las de un arma de fuego. Según las imágenes el atacante se acerca a poca distancia de los agentes y segun la regla de Tueller establece que un atacante armado con un arma blanca puede recorrer aproximadamente 6,4 metros en el tiempo que un defensor instruido tarda en desenfundar y disparar un arma de fuego.
En los videos publicados se ve perfectamente como esta distancia la supera en varias ocasiones, así que está más que justificado el uso del arma de fuego y no sólo eso, lo raro es que no disparaste antes al sujeto.
El agresor mientras siga en pie sigue siendo una amenaza por eso habrán disparado los agentes un total de 5 tiros, el sujeto al estar en un estado de alteración máxima sino se dispara a zonas vitales es muy complicado de neutralizar lo debido al estado de agitación y a los niveles máximos de adredalina, no es que lo diga o me lo esté inventando, eso esta más que estudiado no solo a nivel de ciencia policial sino a nivel médico y psiquiátrico.
Aqui todos nos preocupamos solo por una persona, pero no nos hemos parado a pensar en que los agentes actuantes de ese día y las personas que se encontraban en la parada de guagua también tiene hij@s, espos@, familias..., y creo que ellos también tiene derecho a llegar a casa sanos y salvos y poder volver a verlos, que ya os garantizo que un cuchillo de semejante dimensiones introducido en ciertas zona estas prácticamente muerto en el acto. Dejad de usar a las fuerzas y cuerpos de seguridad como chivos expiatorios y señalar directamente a los culpables de que hayamos llegado a esta situación de inseguridad en las calles. Dejad que las personas que sepan de leyes, ciencia policial, psicología, psiquiatría, sociología y demás hagan su trabajo y los que no sepan del tema os pido un favor, que sigáis viendo Salvame, no opineis y no sigáis calentando el ambiente que esto os aseguro que no lleva a nada bueno.
Eso sí, no sigais viendo películas americanas por favor, esas de que el actor dispara 100 veces y acierta todas casualmente donde quería. Seguro que la mayoría de los agitadores de aquí jamás ha usado un arma de fuego, los que lo hemos usado sabemos que en estático si ya es complicado acertar ya en movimiento como se encontraba este sujeto ya os podéis imaginar. Seguid viendo salvame solo os pido ese favor, y dejad el caso a las personas que realmente saben del tema...
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