El genocidio sigue

Ya no hay palabras para retratar e intentar frenar el genocidio de Israel, perpetrado por Benjamín Netanyahu, contra el pueblo palestino. El contador dice, si es que se puede llevar como tal, que ya podrían ser 50.000 o 60.000 asesinados; más desaparecidos y heridos. Entre esas cifras no solo hay rostros, personas ‘per se’, sino también niñas y niños. Pasan los meses e Israel se siente sin contención alguna. ¿Cómo puede hacerlo cuando ellos sufrieron otro genocidio a costa de la Alemania nazi? Es evidente, que esa sensación de libertad o, mejor dicho, de no tener que estar sujeto a responsabilidades, es fruto de que han pasado olímpicamente del Derecho Internacional durante décadas. Y ahora: ¿quién le pone el cascabel al gato?

La ONU está siendo desautorizada por hechos consumados. Y sin una ONU efectiva, no hay comunidad internacional que aspire a la paz y a los avances sociales y de los pueblos. Si se rompe el marco mundial de ir a mejor, de intentarlo al menos, un propósito claro de la Ilustración y las democracias liberales que nacieron entonces, ¿a qué callejón sin salida nos lleva toda esta atrocidad a la que asistimos? 

Hoy lo padece Palestina, mas dentro de un tiempo podrán ser otras las víctimas. Que nadie piense que el genocidio de Israel sobre Palestina nos sale gratis. Para nada. Tiene consecuencias que llegan a nuestras costas sociopolíticas como males a combatir desde las playas de la conformidad que labramos y que en el presente se difuminan.

Este aroma de retroceso permanente, no hay sociedad que lo resista. Ahonda en el desaliento, la frustración de las clases populares y en la impotencia de la opinión pública respectiva hacia unos poderes sin contrapesos que hacen y deshacen a su antojo. Ocurre en cada país y otro tanto desde Europa hacia Israel. Con el respaldo acrítico de la Administración Trump, Netanyahu sigue con su cruzada de la matanza cotidiana. Las imágenes de hambruna, de la infancia y de los mutilados son inenarrables. Pero muchos gobernantes no actúan, quedan impasibles. Pedro Sánchez aceleró el reconocimiento de Palestina como Estado por parte de España. Un paso importante. Toca detener la compra y la venta de armamento con Israel. Aunque eso es poco, y hay que ir a más. Sin la ONU nos abocamos al caos. Pinta mal ese horizonte. Para eso no se prosperó en el siglo XX tras dos guerras mundiales.