La ermita de Jinámar a principios del siglo XX/Archivo Fotográfico de la FEDAC.El templo del casco antiguo de Jinámar inicia este jueves, 22 de mayo, los actos conmemorativos de sus 500 años de existencia documental con una eucaristía inaugural que se celebrará a las 19.00 horas en el Santuario de la Inmaculada Concepción. Se trata de un sencillo pero significativo acto que abre un año de celebraciones impulsadas por colectivos locales y vecinos en torno a esta efeméride.
La ceremonia estará presidida por el rector del santuario, Luis Laborda, quien ha querido destacar el valor simbólico de esta misa como punto de partida de un ciclo conmemorativo que tendrá como eje espiritual y cultural la figura de la Inmaculada.
Laborda ha informado a TELDEACTUALIDAD que durante los próximos meses se desarrollarán otras actividades organizadas por diferentes colectivos, especialmente en torno a la festividad de la patrona.
El cartel conmemorativo destaca la importancia de la fecha y el papel del santuario en la historia de la comunidad jinamera, que ahora celebra medio milenio desde la primera constancia documental de su existencia.
Desde la organización se invita a toda la comunidad a sumarse a esta conmemoración que busca no solo rescatar la memoria, sino proyectar con identidad y orgullo el futuro de Jinámar.
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Reseña histórica
El historiador local Isaac Mendizábal ha recordado los orígenes de la ermita, que se remontan a los albores del siglo XVI. En 1525 se da por finalizada su construcción gracias al trabajo de su primer mayordomo, Francisco de Carrión, tal y como consta en su testamento de 1527. Ya en 1522 hay referencias a los trabajos iniciales, y mientras se levantaba el templo, las celebraciones litúrgicas se realizaban en la hoy conocida como Casa del Ermitaño.
Esta ermita marca el inicio del asentamiento de Jinámar, que en sus orígenes fue un "lugar", es decir, un núcleo poblacional intermedio entre ciudad y aldea, fundado para favorecer el cultivo de cereales ante el predominio de la caña de azúcar.
La mayordomía de la ermita quedó vinculada a la familia del Castillo, influyentes hacendados de Telde, convertidos desde 1777 en condes de la Vega Grande de Guadalupe. A lo largo de su historia, el templo ha sido reformado en tres ocasiones: en 1586, 1734 y principios del siglo XX, cuando se incorporó una pequeña escuela. La última gran reforma se efectuó entre octubre de 1957 y febrero de 1958 para dotar al templo de las actuales naves laterales, siendo entonces donada a la diócesis.
Hoy, el santuario presenta una estructura de tres naves sin crucero, con un coro a los pies y una entrada principal con triple acceso, coronada por una vidriera con la imagen de la Inmaculada. El campanario cuenta con una espadaña de tres huecos y una cruz en la cúspide.
El templo alberga dos tallas de la Inmaculada Concepción: una más reciente, del siglo XVIII, y otra más antigua, del siglo XVI, que algunos expertos atribuyen a talleres del norte de Europa (como los de Malinas, Bélgica), aunque sigue siendo objeto de estudio.
Además, el santuario conserva la campana de bronce más antigua del municipio de Telde, datada en 1562, y la segunda más antigua de toda la isla. Se trata del esquilón, la más pequeña de las tres campanas, rescatada por el historiador Gustavo Trujillo Yánez.
Con esta Eucaristía y la memoria de cinco siglos de historia, Jinámar abre un año de celebraciones que aspira a reforzar la identidad, el arraigo y la cultura viva de este histórico enclave teldense.
























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