Canarias tiene un límite y Nueva Canarias poca vergüenza

A mí que alguien me explique la desfachatez de los partidos políticos que tuvieron la ocurrencia de presentarse el pasado domingo en la manifestación de Canarias tiene un límite. Precisamente ellos, que han llevado al archipiélago (cada uno en su parcela de responsabilidad) a la situación asfixiante en la que se hallan la población y el territorio, se plantan en Las Canteras, con sus pancartas, como si no tuvieran nada que ver en este asunto.

Se me quedan los ojos como chernes cuando veo que miembros de Nueva Canarias aparecen tan panchos en el lugar y me pregunto si también ellos serán capaces de ponerse una de las camisetas que algunos manifestantes llevaban contra el proyecto Chira-Soria. Se ve que en política, uno es capaz de todo por conseguir mantener las posaderas en el sillón.

¿Habrán cantado “Lo llaman ecoisla y no lo es?” ¿O la consigna de “Salvamos Agaete, salvamos Tamadaba, y ahora Chira-Soria, la lucha no se acaba”? Me planteo también, por qué, si el partido apoya las reivindicaciones del pueblo, no aparecieron por allí los peces gordos como Román Rodríguez o el propio Antonio Morales, y sí personas poco reconocibles para el público en general. ¿Sería una forma de estar presente pero sin llamar demasiado la atención, “por si las moscas”, no sea que causaran el rechazo de los manifestantes? ¿Fue una manera de conseguir una foto para enviar a los medios de comunicación y lanzar el mensaje de: “oye, estamos con el pueblo, compartimos su dolor y su lucha y, evidentemente, no somos culpables de nada porque nadie se enfrenta a nosotros”? ¿Pura estrategia política previa a la campaña pre-electoral que se aproxima? Espero equivocarme y que no estén buscando sacar rédito político del sufrimiento, hartazgo y desesperación del pueblo canario que sale a la calle, de manera masiva, por tercera vez en poco más de un año.

Puede que sea mal pensada y los mandamases estuvieran por ahí, de incógnito, sin llamar la atención, pero huele raro que aquellos a los que se les llena la boca hablando de ecoisla y se sacan fotos apoyando una manifestación, sean blanco de las críticas en el manifiesto que se lee al final. Es extraño que los de Nueva Canarias se dediquen a destrozar el barranco de Arguineguín, acabando con la vida de flora y fauna endémica. Un proyecto, el de Chira-Soria, que se ha realizado con la oposición de buena parte de los grancanarios. Varias manifestaciones y una acampada en el propio lugar lo evidenció, pero Morales, emperretado, hizo oídos sordos al pueblo que le da de comer (no el turismo, sino el de verdad, el que le paga el sueldo a final de mes), y siguió para adelante. Eso sí, sacando artículos de opinión cada dos por tres, aprovechando cualquier coyuntura, para hablar de lo maravilloso que es Chira-Soria, a ver si consigue convencer aunque, sea, por pejiguera.

El partido de la ecoisla es el que quiere romperla para poner un tren, también sin consenso; el que dio su total apoyo al proyecto de Newport y Lopesan para crear el Dreamland y lo declaró de interés insular el 24 de mayo de 2023, justo el día antes de presentar a la marca como patrocinadora del equipo de baloncesto. (¡Qué cosas más curiosas y casuales ocurren en Canarias!) Pero es que el Dreamland, de ecológico como que no tiene mucha pinta. Va a ocupar un terreno de 100.000 metros cuadrados, de los que 30.000 se van a destinar a zona temática (parque temático, para entendernos), lo que va a atraer más turismo, más coches (¡venga ese colapso rico para la GC-1!), mayor consumo energético de electricidad, más gasto de agua (que esas instalaciones hay que limpiarlas y los miles de guiris tendrán que tirar de las cisternas), más basura para nuestros petados vertederos, más porquería para las cloacas, llenar de cemento y piche una zona que ahora es verde… Lo que viene a ser, justo, uno de los motivos por lo que la gente salió el domingo a manifestarse.

¿A los de Nueva Canarias les explicaron que los manifestantes están justo en contra de esto? Tampoco parece muy ecológico lo que va a venir gracias a su impulso de que el Estadio de Gran Canaria se convierta en sede del Mundial, ni liga demasiado con la alegría demostrada con el número delirante de llegada de turistas en cruceros al Puerto de la Luz. Morales también saca pecho en Fitur con el turismo de congresos, el de festivales e, incluso, en la web del Cabildo se congratulan de que la isla haya sido “epicentro del automovilismo mundial con inclusión de la 49ª edición del Rally Islas Canarias en el WRC”.  Vamos, que van a una manifestación en contra del turismo de masas y de la destrucción del territorio aquellos que se alegran del turismo de masas y son cómplices (por no llamarles directamente impulsores) de la destrucción de nuestra tierra.

Ese partido político que se olvida de que le dio 160.500 euros de todos los grancanarios a Isabel Pantoja para hacer promoción de la isla (como si quisiéramos que vinieran más personas) y cuyo líder, Morales, declaró que la anterior manifestación (en el sur) era un “error” porque se “agredía directamente a los turistas”.

Alguien les tiene que decir que no se puede estar en misa y repicando. Porque, visto lo visto, o en este partido político tienen un potaje que no se aclaran o, simplemente, lo integran lobos con piel de cordero. Y es que en política no hay nada como tener una carita de abuelito bonachón y hacer, con una sonrisa, lo contrario a lo que se predica.

A este paso, no me extrañaría verles encabezar la próxima manifestación de Canarias tiene un límite. Con los fans de Groucho Marx todo es posible. Ya saben: Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros.

Sonia Vega es periodista y vecina de Jinámar.