
Los colectivos sociales, ecologistas y ciudadanos que impulsaron hace un año las protestas contra los impactos del turismo de masas vigente en Canarias han vuelto a salir este domingo a las calles de las islas, para exigir, por millares, una operativa más sostenible del motor económico del archipiélago. En la protesta desarrollada en la capital grancanaria hubo presencia del colectivo ecologista Turcón y de miembros de Nueva Canarias de Telde, entre otras organizaciones.
Con el mismo lema, "Canarias tiene un límite", las manifestaciones han sido secundadas en todas las islas y también han tenido réplicas en Granada, Valencia, Barcelona, Madrid, Bilbao, Iruña, Galicia y Berlín, con proclamas centradas en los problemas para acceder a una vivienda, los bajos salarios del archipiélago y, más concretamente, las mejorables condiciones laborales del personal de la hostelería.
Convocadas a las 11.00 horas, algunas de estas marchas han comenzado con algo de retraso, como ha sido el caso de la iniciada en la plaza Weyler de Santa Cruz de Tenerife, donde se han mostrado pancartas con el rostro de César Manrique e imágenes de excrementos que, según los denunciantes, inundan las playas, una protesta que ha sido secundada por unas 9.000 personas, según los datos aportados por la Policía, y que ha sido una la más numerosa del archipiélago.
"No a los vertidos", "La biodiversidad de Canarias también tiene un límite", "Ecotasa ya", y "Políticos, respeten canarias", han sido algunos de los mensajes que han expresado los manifestantes en sus carteles en la capital tinerfeña, en la que, al ritmo de tambores y chácaras también se han escuchado consignas como "Clavijo, escucha, el pueblo está en la lucha", "Menos cemento y más fundamento", o "dónde está el dinero del turismo".
En Las Palmas de Gran Canaria, la protesta ha partido del Auditorio Alfredo Kraus, con proclamas centradas en los problemas que existen para acceder a una vivienda y peticiones de paralizar proyectos como el Salto de Chira o la Planta de Biogás de La Atalaya, que los convocantes ven incompatibles con la ecoísla a la que aspira el Cabildo.
Los manifestantes, unos 5.500, según la Policía, que han recorrido de punta a punta el paseo de Las Canteras, hasta culminar en La Puntilla, donde se ha leído un manifiesto, han reclamado también que se "anteponga el derecho a vivir dignamente en Canarias al derecho del turista".
Oídos sordos a un clamor popular
La portavoz de Ben Magec-Ecologistas en Acción Noelia Sánchez ha explicado que esta movilización vuelve, por tercera vez, a las calles porque, tras un año de protestas, "el Gobierno canario y la patronal siguen haciendo caso omiso a las reivindicaciones que tienen que ver con la saturación turística y de espacios naturales, o con los problemas que acarrea el alquiler vacacional".
"Ahora, unos días antes de estas manifestaciones, es cuando el Gobierno canario está diciendo que quiere abrir una puerta al diálogo y se olvida de que llevamos un año con un proceso participativo que ha recogido muchas propuestas, relacionadas con moratorias turísticas y al alquiler vacacional o con una ecotasa, a las que no ha hecho caso", ha referido, unas consideraciones que ha compartido, en declaraciones a EFE en Tenerife, el portavoz de la Fundación Canaria Telesforo Bravo, Jaime Coello.
Además, Sergio Marrero, vicepresidente de La Vinca, de la misma federación ecologista, ha pedido al Gobierno canario "que busque solución a este clamor popular porque no es posible que con 18 millones de turistas, el 34 % de la población sufra umbrales de pobreza".
"Hay algo que está mal, y ellos son los que tienen que empezar a tomar decisiones", ha aseverado.
La falta de agua, otra emergencia
En Fuerteventura, además de un cambio de modelo turístico, los manifestantes han exigido una mayor protección de los espacios naturales y arqueológicos y una regularización de la vivienda vacacional, ya que en esta isla hay municipios, como el de La Oliva, donde más del 40 % de las casas están destinadas a esta modalidad alojativa, lo que obliga a muchas personas a vivir en caravanas, coches o contenedores.
Dada la emergencia hídrica que afecta desde hace años a Fuerteventura, los convocantes también han reclamado un consorcio público que proporcione agua a través de energías renovables y la creación de depuradoras biológicas, al opinar que "si hay agua para miles de piscinas y campos de golf, también debe haber para el pueblo", tal y como ha dicho a EFE Adelina Padrón.
La paralización de proyectos urbanísticos ilegales, la demolición de los hoteles que la cadena RIU tiene en el Parque Natural de las Dunas de Corralejo, y la oposición al futuro macromuelle previsto en Corralejo, han sido otras de las reclamaciones de los manifestantes majoreros.
Reportaje gráfico de la protesta en la capital grancanaria contra el turismo de masas

























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