Pepe Mujica era sabio. Un sabio de la vida. A buen seguro, tras un periplo vital con aciertos y errores, en el que no había un cielo completo o un inferno total, cada uno acumula su balanza, pero con esa certeza del que alcanza la etapa mayor con el sosiego que otorga la sensatez, prudencia y visión larga sobre qué va esto del viaje terrenal. Y entonces nos aparecía Mujica, el uruguayo, diciendo las verdades del barquero. Y, claro, de repente ofrecía un perfil de político muy distinto al estilado en Europa; quizá no tanto en el norte del continente, donde los ministros pueden ir en bicicleta al trabajo. Es verdad que esta fachada de honradez iba pareja al hábitat de Suramérica. Mas era auténtica. Y cuando los domingos por la noche lo entrevistaban en La Sexta, veíamos un Mujica que con cuatro o cinco frases nos dejaba pensando por un buen rato.
Mujica fue un militante contra la sociedad del consumo, que viene a ser la tiranía del ego. Dijo una vez (algo así) que intentó luchar toda su vida para cambiar el mundo, para luego no revolver nada. Es el dilema existencial. Nos metemos en batallas, quizá innecesarias numerosas de ellas, con pasión; y solo lo hacemos porque tratamos de brindar principios. Si no los tenemos, ¿para qué vale el compartir?
Así las cosas, cuando los europeos se iban a los centros comerciales cada fin de semana, en el televisor salía un uruguayo que lo destronaba todo. Y vivía en sobriedad. Y eso atempera el alma, la eleva a la santidad. Sin sobriedad, no concurre con libertad el desafío de la vida. Sin sobriedad, todo se enmaraña. La sobriedad es esa bandera que hay que mantener siempre al alza para que no nos carcoman la existencia.
Con 89 años se puede contar muchas historias o ninguna. Hay 89 años lineales que se cumplen sin evolucionar la persona y hay 89 cursos sumados donde cada uno puede ser una montaña rusa de experiencias, madurez y avances. Este guerrillero vivió mucho, por los cuatro costados. Y esas frases que lanzaba por el recuadro del televisor, sus frases repletas de dicha, entraban como píldoras que relajaban a los ubicados al otro lado en el sofá. Estos puede que a la mañana siguiente, cuando comienza la semana, las olvidaran. A saber. Aunque el repaso que nos ponía en bandeja el expresidente de Uruguay era pura lucidez.
Domingo las Huesas ex de CIUCA | Viernes, 16 de Mayo de 2025 a las 15:53:48 horas
"Como se nota que eres "Comunista"... te honrar defender a los tuyos... Me gustaría saber como hablarías si fueses víctima del terrorismo de este señor o de todas las dictaduras comunistas del mundo... Hazte "Misionero político" y vete a predicar a Cuba, Venezuela, Corea del Norte, Rusia o China" lO TIENES DIFICIL. jajaja. Contéstale RAFAEL con un muy buen articulo GRACIAS
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