
Más que merecido es el otorgamiento del Premio Canarias 2025 en la modalidad de Cultura Popular al Centro de la Cultura Popular Canaria (CCPC). La misma sincronía de los nombres ya lo dice todo; y nunca es tarde para lo que es de recibo. Se trata de un rincón de La Laguna en el que un grupo de personas, capitaneadas por el histórico César Rodríguez Placeres, sin olvidar a Anabel Leal y a Carmen Delia,
han mantenido a flote el legado de la identidad isleña al tiempo que fomentando actividades e incorporando nuevos elementos. Esto es, el mérito no es de por sí haber tenido abierta contra viento y marea la tienda, donde se puede comprar libros y música, sino encima idear cómo lanzar iniciativas para impregnar nuestra idiosincrasia como pueblo. Y es que el CCPC no solo ha resistido crisis económicas sino, además, el ataque globalizador desde el primer instante, arropado del magma de la incomprensión interesada.
Esto es, la realidad es que la libertad del CCPC y su gente la han salvaguardado porque no han cedido a presiones ni chantajes. El CCPC ha dicho editorialmente lo que pensaba, apoyándose en la máxima de ser la voz del pueblo canario, personificada en su mítica Radio San Borondón, le gustase o no al poder.
Y aquí es donde entra en acción una clave interesante: coincide la concesión del Premio Canarias 2025 cuando Fernando Clavijo es presidente del Gobierno. A saber, expresa que el lagunero está practicando un estilo gubernamental muy diferente al de su primer mandato y asegurándose no concitar rechazos. Dice mucho de Clavijo este cambio, a mejor. Él mismo (como otros políticos) tuvo que lidiar con la crítica periodística de Radio San Borondón en esa legislatura. Sin embargo, ahora el jefe del Ejecutivo despliega otro talante y, por consiguiente, rinde honor al CCPC.
Cuando estén dando un paseo por La Laguna, que es una gozada pasar la tarde en sus calles y cafeterías, aprovechen para darse un brinco a su local y miren la tienda. Han editado lo que no está escrito sobre Canarias; contando tiempo atrás con la financiación de un reducto de consistorios como, por ejemplo, Agüimes y Santa Lucía de Tirajana. La sociedad le debe mucho al CCPC y su gente. Hay que apoyarles. En el presente está en boga el debate sobre la rearticulación del nacionalismo canario. Enhorabuena al CCPC, corazón lagunero que emana identidad para todas las islas. Son unos héroes inmersos en la discreción.

























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