José María Mañaricúa ha sido inteligente. Ha actuado con cordura y luces largas. En vez de dilatar negociaciones destinadas a enquistarse o abonarse a la racanería, ha entendido que cediendo también se gana. Y, de paso, garantiza la paz social en el sector de la hostelería. Porque, en última instancia, y más allá de la mística de la huelga y la jarana previa al uso que envalentona pasiones en la calle, cualquier cuadro sindical lo que busca es un acuerdo. Fuerza la negociación amenazando con diversas medidas o directamente yendo a la huelga, pero para llegar a ese acuerdo pretendido. Forma parte de la cultura sindical.
Evidentemente, Comisiones Obreras (sindicato mayoritario en hostelería en la provincia de Las Palmas) ha cogido el guante. Y Mañaricúa ha firmado esa anhelada paz social que garantiza la estabilidad de la mano de Comisiones Obreras y UGT. Una buena noticia que evita la imagen de deterioro de Canarias como destino turístico justo en la Semana Santa. De hecho, y como es natural, el derecho de huelga (que es fundamental) se utiliza cuando puede hacerle más daño a la patronal. Es lógico.
Por otro lado, Mañaricúa reconoce con mayor ahínco a sus interlocutores sindicales. Porque acordando mutuamente, se legitima al otro. Y si no hay legitimación del interlocutor sindical, no hay nada; lección esencial del Derecho del Trabajo. Por eso la soberbia es siempre mala consejera. Acaba mal.
A su vez, Fernando Clavijo apelaba al acuerdo. El presidente del Gobierno invocaba ese diálogo necesario para que el empresariado isleño y la clase trabajadora canaria en su sector económico principal, el turismo, forjaran un lugar común donde todos se encuentren cómodos con las condiciones pactadas. Entre ellas, una de cajón: disponer de camas articuladas para que las camareras de piso no sigan deslomándose y tomando medicamentos para amortiguar los dolores que van acumulando con los años. Una demanda urgente, palmaria. Trabajadoras que, encima, cuando vuelven a casa sus hijos del colegio o instituto saben que con frecuencia están solos. Hay muchas derivadas de la hostelería en Canarias que silenciamos. En Juan Grande, Vecindario y San Fernando lo conocen perfectamente. Elevar un 9% los salarios y una paga de 650 euros es una forma de repartir la riqueza del turismo con sus trabajadores, estos con la patronal generan esa riqueza. En las empresas surge fruto del esfuerzo de ambos. Bien por todos.
Ciudadana | Jueves, 17 de Abril de 2025 a las 09:21:51 horas
Igual sería mejor llamarlo "Justicia laboral" y esperemos que incluyan otras mejoras en breve sin tener que recurrir a presiones por parte de los trabajadores.
Al final el impacto económico en las empresas es mínimo y supone grandes mejoras en los trabajadores y trabajadoras. Que termina repercutiendo en la Sociedad en muchos aspectos.
La avaricia empresarial no genera beneficios sociales, llámense estos: conciliación familiar, aumentar el consumo de bienes y servicios de los hogares, calidad en la salud tanto física como emocional,...
Es insostenible el aumento de precios en los bienes y servicios y no en los salarios.
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