El PP no ha votado en contra por disciplina de partido, los diputados canarios me refiero. Lo ha hecho por la existencia de Vox, una realidad a la que aún sigue atada. Y ha preferido no arramblar eso que echar una mano a Manuel Domínguez. Por tanto, Domínguez es víctima del fuego amigo. Y también de su incapacidad para mantener el tono en Madrid entre sus correligionarios. Es decir, lo que arroja este episodio a son de la convalidación del decreto-ley en el Congreso de los Diputados, es que en el PP sigue pesando la centralidad (no ideológica sino territorial del Estado) sobre las especificidades canarias. Vamos, que CC tiene ya más argumentos para acaparar más voto en Tenerife, isla en la que tradicionalmente se ha comido (electoralmente) a los populares.
Las derivadas son muchas. La modificación de la conocida como ley de extranjería es un éxito de Fernando Clavijo y Ángel Víctor Torres, y un alivio al drama migratorio que vive Canarias. ¿Cómo el PP se ha lavado las manos? Lo ha hecho porque la ultraderecha existe y le marca el discurso. De lo contrario, en tiempos gloriosos del bipartidismo, seguro que hubiese votado a favor. Pero el ciclo hoy es otro y, por ende, deja en mal lugar al vicepresidente de Clavijo.
La otra clave es que ya hace mucho que Torres le ha ofrecido a Clavijo gobernar en solitario, asegurándole la estabilidad. El ministro lo hace no por el presente sino mirando a 2027; solo así, siendo generoso actualmente, gana enteros para que el PSOE gobierne en el archipiélago la próxima legislatura, como segundo.
Y entonces puede perfectamente ocurrir, dependiendo de los acontecimientos en Madrid, que Torres sea el vicepresidente de Clavijo. Aún queda. Pero el tablero tampoco permite demasiadas variables. CC liderando la operación de reformulación nacionalista, deja poco margen de maniobra (por no decir ninguno) a PSOE y PP. Y Torres lo sabe. Qué mejor que ir preparando ese escenario. La fotografía de Clavijo y Torres dándose un abrazo en el Congreso de los Diputados pasará a la historia de la autonomía. El presidente del Gobierno de Canarias y el ministro se forjan en la complicidad; siendo los dos, desde luego, de diferentes partidos. Y encima con toda la crispación que impera en la política hoy por hoy. Es una estampa que enorgullece a la sociedad, que calma la gestión de la cosa pública. Es agradable. Y quizá alumbrador.
Olga Maria Rivero Santana | Sábado, 12 de Abril de 2025 a las 09:42:39 horas
Hay muchas cuestioes que en verdad no tendrían que suponer tanto "debate" ni "enfrentamiento" pues hablamos de una situación dramática, en todos los sentidos, que se ha ido "enquistando" por el repugnante "uso" que la casta política ha estado (y sigue haciendo) del tema de la migración, empezando por los países de orígen.
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