Unidas Podemos da por liquidada la legislatura. Y por agotado al Gobierno de coalición protagonizado por PSOE y Sumar. Por tanto, se ha anticipado y ha señalado Ione Belarra a Irene Montero como su candidata y, por ende, pretendido faro de la izquierda. Como era de prever, Sumar no quiere entrar al choque pues conoce su debilidad; mas la guerra ya está desatada. A medida que pasa el tiempo, más que acercamiento dentro de la izquierda a la izquierda del PSOE, se constata un profundo desencuentro que se remonta a los orígenes de Sumar.
Esto es, Yolanda Díaz fue ungida como líder por Pablo Iglesias. La gallega, en vez de hacerse cargo de Unidas Podemos, propició una operación de paraguas que absorbiera a Montero, Belarra y compañía. Hubo vetos. Y llegó la ruptura que se antojaba inevitable, una vez transcurridas las elecciones generales de 2023. Sumar es una carcasa, que depende mucho de IU. Díaz es una gran ministra de Trabajo y Economía Social pero no tiene partido propio; y no lo tiene porque en vez de aunar se dejó llevar por las divisiones y los egos que proliferan en la política. Una operación en la que también estuvo inmerso el PSOE.
En 2019 fue Pedro Sánchez el que intentó laminar a Unidas Podemos. En vez de pactar con Iglesias, buscó la repetición electoral. Pensaba que, de este modo, él aglutinaría casi todo el voto de izquierdas y los de Iglesias bajarían. Ocurrió lo menos pensado en La Moncloa: descendió tanto el PSOE como Unidas Podemos. Y Sánchez se dio prisa en cerrar el pacto con Unidas Podemos. Aquellos que les impedía dormir a Sánchez con tranquilidad, acabaron sentándose en el Consejo de Ministros.
La ministra de Trabajo como dirigente de este nivel, fue posible gracias a ese pacto con el PSOE, que nunca el PSOE quiso. Si Unidas Podemos hubiese cedido entonces, hoy no habría Yolanda Díaz, tal como la conocemos políticamente. Cuando imperan las rencillas, acaban perdiendo todos. Acontece antes o después, pero ocurre finalmente. Y ahora Sumar, Unidas Podemos e IU conforman una sopa de siglas que a ver quién soluciona todo esto. Un sindiós. El sistema electoral penaliza la división. Montero da el primer paso y descoloca a Sumar. A ver cómo reacciona… Sin generosidad reina el caos. Y el electorado de izquierdas entra en el desaliento creciente que casa con la melancolía o la frustración.
























Olga Maria Rivero Santana | Miércoles, 09 de Abril de 2025 a las 15:58:51 horas
¡Pues que se haga realidad aquello de : "el tiempo ponga a cada uno en su sitio" y éstos partidillos de extrema izquierda desaparezcan, pues las extremas NINGUNAS SON BUENAS! Además, afortunadamente, se les ha ido viendo "el plumero" para bien de la ciudadanía.
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