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Sábado, 08 de Noviembre de 2025

Actualizada Sábado, 08 de Noviembre de 2025 a las 22:31:51 horas

Caminando hacia la desmemoria (CVI)

Génesis y evolución constructiva de la Iglesia conventual de San Francisco de Asís (IV y última parte)

Reflexión del cronista oficial de Telde, Antonio María González Padrón, licenciado en Geografía e Historia

TELDEACTUALIDAD/Telde Jueves, 10 de Abril de 2025 Tiempo de lectura: Actualizada Jueves, 10 de Abril de 2025 a las 20:45:26 horas

Por último, comentar que las primeras obras de restauración de la iglesia conventual fueron realizadas por la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Educación y Cultura, a finales de los años sesenta, siendo delegado de la misma, en la Provincia de Las Palmas don José Manuel Alzola Gonzále[Imagen #1002785]z; alcalde de Telde, don Manuel Amador Rodríguez y, Cura Párroco de San Juan Bautista, don Juan Artiles Sánchez. En aquellos momentos fueron descubiertos tras gruesas capas de cal todas las canterías interiores del templo. Al mismo tiempo se actuó nefastamente sobre el retablo de cantería de Santa Teresa de Ávila, al que se le quitó toda policromía. En los últimos años y debido a las grandes humedades ambientales el pequeño fresco de la Santa abulense se ha deteriorado en grado sumo. Muy cerca de este altar, existen dos oquedades en la propia pared norte, un bajo arco de medio punto y en forma de hornacina está toda recubierta de cantería parda o rojiza. Tenemos constancia de que era la parte trasera de otro retablo de madera que fue suprimido en la reforma del año 1968-69. En el momento de la Desamortización, 1836, todo indica que en éste se veneraba a Santa Clara de Asís, pero se nos escapa al conocimiento si estaba representada por talla o por imagen pintada sobre lienzo o madera. (Este fue dato ofrecido por el Rvdo. Padre José García, fraile franciscano e historiador de la Orden en Canarias, en 1987). Cerca de éste se abre un segundo, que todo indica fue hueco abierto hacia la Zona Conventual, tal vez lugar de paso entre esta iglesia y las otras dependencias monacales.


A mitad de la década de los cuarenta y principios de los sesenta (Siglo XX), el artista plástico José Arencibia Gil, un verdadero enamorado y gran defensor del Conjunto Histórico Artístico de San Juan-San Francisco de Telde, diseñó dos ambiciosos planos de rehabilitación-restauración de estos espacios urbanos, que excelentemente plasmó en cerca de un centenar de acuarelas, hoy casi todas custodiadas, tras su adquisición, por el MI Ayuntamiento de la Ciudad. En lo que atañe a la Iglesia franciscana, hemos de reseñar que Arencibia Gil, a manera de lo que hizo, años atrás, en San Francisco de Asís en Las Palmas de Gran Canaria, colocó una guardamalleta en forma de zigzag prolongada que corre en horizontal por toda su fachada Oeste y Sur, marcando así un pretendido zócalo, que para completar tal función desde entonces se pintará de gris azulado, ganando dichos paramentos prestancia y decoro. 


Ya en el 2000, el MI Ayuntamiento de Telde lleva a cabo algunas obras de rehabilitación de la llamada Plaza de La Fuente o de La Pila, también conocida como de El Convento. Es entonces cuando el pollete de mampuesto, con lajas sobrepuestas, está recubierto con lasas de cantería gris de Arucas.


A manera de conclusión, podemos afirmar, que las diferentes obras de restauración y rehabilitación llevadas a cabo en la Iglesia Conventual de San Francisco de Asís de la Ciudad de Telde, no siempre han obtenido los más óptimos resultados. Hasta ahora se ha trabajado sin un plan director ya golpe de voluntades, tanto políticas como eclesiásticas. De ahí que los errores del presente sean fiel reflejo de las improvisaciones del pasado.


Este templo estuvo abierto al público de forma casi continuada hasta el año 1968. En él se concentró en parte la actividad catequética (Grupos de bautismos, primeras comuniones, confirmaciones y matrimoniales). Aquí creó don Juan Artiles Sánchez la popular Casa de Bethania, que más tarde pasó a la finca de la Hoya de San Pedro, hoy propiedad del Instituto Salesiano Femenino Hijas de María Auxiliadora. Igualmente, en dicho recinto sagrado se celebraban Eucaristías, y toda clase de Sacramentos. Fue en la fecha antes indicada, con la marcha de don Juan Artiles por traslado desde la parroquial de San Juan al Palacio Episcopal, cuando comenzó a declinar esas actividades, cuya falta hizo sumir al recinto en un abandono y deterioro cada vez más notable. Desde esa fecha hasta hace muy poco tiempo, se siguió reuniendo aquí los miembros de la Orden Tercera Franciscana, asistidos por un fraile-sacerdote, semanalmente venido de Las Palmas de Gran Canaria.


El preclaro hijo de Santa María de Guía de Gran Canaria, nacido en su barrio Montañez de Juncalillo, Rvdo. Don Teodoro Rodríguez y Rodríguez, pasó mucho tiempo interrogándose sobre qué salida óptima dar a nuestro vetusto templo franciscano. Tras adquirir la finca colindante a la familia Brito Macario, comenzó a indagar que orden o institución eclesiástica podía habitar la casa solariega de dicha propiedad rural, así como hacerse cargo del mantenimiento de nuestra iglesia conventual. Con los debidos permisos del Obispo, Monseñor don Ramón Echarren Ystúriz (Vitoria, 13 de noviembre de 1929-Las Palmas de Gran Canaria, 25 de agosto de 2014). Fue el momento de conectarse con la Orden de Hermanos Menores Franciscanos y también con la Orden de Las Carmelitas Descalzas, y así un largo etcétera. La falta de vocaciones imponía una triste espera sine die.


El templo debidamente restaurado, tanto en lo concerniente al edificio en sí como a sus bienes muebles podría sin duda alguna podría convertirse en un espacio mixto en donde convivan las actividades religiosas y también otras, que no alejándose de éstas, vengan a cumplir funciones de índole socio-cultural. La creación de un museo dedicado a la Historia de la Orden Franciscana en Canarias, la celebración de conciertos, exposiciones, muestras, encuentros, jornadas, conferencias, etc., lo llenarían de vida. La casa colindante, llamada por unos la casa del Convento y por otros la casa de Poeta Saulo Torón, igualmente tendría que ser rehabilitada y adaptada a nuevas circunstancias. Este Cronista , ha hablado repetidas veces con mandatarios de la Diócesis, queriéndoles transmitir la necesidad de darle a ese peculiar edificio y a las tierras de labor circundantes, una utilidad, que hoy manifiestamente no tienen. La Orden de los Franciscanos de la Cruz Blanca, cuya labor meritoria es de todos conocida y aplaudida, debía fijar sus ojos en esta propiedad parroquial-diocesana, pues qué bien estarían aquí parte de las personas acogidas en su Hogar de Vegueta, en Las Palmas de Gran Canaria. Asistir de manera altruista a los más desfavorecidos sería el mejor de los fines a cumplir por la Iglesia Católica. Lo que hoy sólo sirve para escándalo de los creyentes, que no se explican como se tiene esa propiedad sin fin alguno y solo habitada por una docena de okupas, podría convertirse en el gran centro socio-sanitario, que un municipio como Telde con más de 110.000 habitantes está pidiendo a gritos ¿Llegarán esas llamadas de alerta de los teldenses biennacidos hasta el Palacio Episcopal de la Plaza de Santa Ana? Soñamos, esperamos y deseamos que ésta vez sí. 


Fue entonces cuando puso al día  la red eléctrica interior (Primeros años de la década de los ochenta del pasado siglo XX), también mandó a realizar unas celosías que aunque en su diseño imitaban las de tiempos pretéritos, éstas no era de madera, sino de hierro para evitar saqueos y robos, que por aquel entonces venían sufriendo varias casas particulares del barrio.


Por su excelsa cualidad acústica ha sido lugar de múltiples actividades musicales de toda índole, un acuerdo verbal entre las partes, ha permitido que la Iglesia Católica diera su plácet para que, tanto el Cabildo de Gran Canaria como el Ayuntamiento de Telde, pudieran realizar dichos eventos, así mismo y en momentos puntuales ha acogido exposiciones de diferentes índoles, entre las que podemos destacar de grabados, acuarelas, cerámica aborigen, libros, esculturas, etc.


La no actividad en su interior, así como la falta de limpieza en su techo, la llevan, irremediablemente, al deterioro creciente, con el aumento de humedades a lo largo y ancho del edificio. Máxime cuando la araucaria existente en los terrenos colindantes por la parte norte, aporta continuos residuos a los tejados incidiendo negativamente en las acequias canalizadoras de las aguas pluviales, que al estar continuamente obstruidas, estancan las mismas y, como consecuencia de ello, la excesiva humedad que posee la pared norte. Este árbol de grandes proporciones, bate continuamente, movidas por el viento, sus ramas que golpean una y otra vez el ya de por sí frágil tejado. A poca distancia de la torre-espadaña, e igualmente atentando al sacro edificio existe un laurel de Indias, del que ya hemos hablado, que con sus raíces penetran en el subsuelo de la capilla colateral izquierda, como lo hace sin duda alguna la araucaria. Somos de la opinión que ambos elementos vegetales deben ser erradicados en aras a la mejor conservación de esta joya arquitectónica. 


Hasta hace dos años, el edificio en cuestión, jamás había sido motivo de tratamientos anti xilófagos. Desde la Dirección General de Patrimonio, dirigida por el Dr. D. Juan Sebastián López García y con el visto bueno del Consejero de Presidencia y Patrimonio Histórico D. Teodoro Sosa Monzón, se lleva a cabo una intervención de urgencia, conocedores del estado perentorio en que se encontraban algunos elementos constructivos (Techos y demás bienes muebles). Así mismo, se envía a la Jefa del Servicio de Restauración, Dña. María Cárdenes Guerra y otros especialistas en el tema para que, a la mayor brevedad posible, se elaboran un estado de la cuestión y una propuesta de restauración de imágenes y retablos.


Sean nuestras últimas palabras de concienciación para las autoridades religiosas y civiles (Autonómicas, cabildicias y locales), del alto valor histórico-artístico que tiene la Iglesia Conventual teldense, sin duda alguna la que guarda más puramente el estilo mudéjar franciscano en Canarias. Por lo que restaurar y rehabilitar para que permanezca cerrado y sin ninguna clase de actividad, sería una mezquindad. Ahora existe la posibilidad de, tras los trabajos pertinentes, de todo cambiar de forma radical y para bien. Así los teldenses nos sentiríamos justamente tratados por las autoridades civiles y religiosas que llevan décadas y décadas mirando para otro lado.


Rogamos encarecidamente a nuestro Obispo Titular, don José Mazuelos Pérez; su Obispo auxiliar, don Monseñor Cristóbal Déniz Hernández y, a los demás miembros de la Curia Diocesana. Así como al señor Director General de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias don Miguel Ángel Clavijo Redondo y, al Sr. Consejero de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, don Teodoro Claret Sosa Monzón, que hagan nuestros sueños realidad. Miles de teldenses y otros tantos canarios, casi como foráneos de estas tierras se lo agradecerán.

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