
La feria del libro de Telde echó el cierre este domingo, 6 de abril, después de tres días dedicados a la literatura y una jornada menos, debido a la alerta meteorológica declarada el miércoles por la borrasca Nuria.
Durante toda la mañana de hoy, cientos de personas se acercaron hasta la plaza de San Juan, bien para golisnear por los diferentes puestos, asistir a las charlas o bien para llevarse aquel libro al que le tenían echado el ojo desde días atrás. Tal es el caso de Saray Espino, una maestra teldense de 34 años: “el viernes leí la sinopsis de Abenchara, la guayarmina olvidada y me quedé con las ganas de llevármelo” – nos relata, antes de dárselo a la autora para que se lo firmara. Además de este título, la docente, que trabaja en un centro de Vecindario, nos cuenta que adquirió otro libro sobre Leyendas Canarias en el stand de la editorial Diego Pun. “El abanico de actividades que ofrece la feria es amplio y eso se agradece. La sesión de narración de Félix Albo fue una maravilla y me viene muy bien para mi profesión”- asegura.
En la caseta de la Editorial Bilenio, como cada año, se encuentra Verónica García. El momento de la entrevista se ve interrumpido por la aparición de la batukada. La música, que coincide con el toque de las campanas de la iglesia, complican bastante la comunicación. Se producen varios minutos de ruido ensordecedor, que obliga a los asistentes a gritar para poder ser escuchados. Una vez regresa la tranquilidad, García nos hace partícipes de su impresión sobre la feria. Para ella, la de Telde se está convirtiendo en un referente en la isla de Gran Canaria. “Por varios motivos. Porque esta feria ha ido creciendo cada año, porque cada vez son más las editoriales de fuera que participan. Este año, por ejemplo, tenemos a Diego Pun, Palabras al límite y Siete Islas, ¡hasta La Casa del Libro y Agapaea han querido venir! Y, además, si te das cuenta, el resto de ferias de la isla no tienen ese afán de continuidad. Es la única que está movilizando a los colegios. Para mí, ése es uno de los aciertos de Telde. No se quedan sólo en darles una sesión de narración a los alumnos, sino que hacen que lean libros de autores que después van a encontrarse aquí. El año pasado nos ocurrió con Carlos González Sosa y El último viaje del Valbanera, asegura.
Mientras hablamos, una señora se acerca preguntando por un libro de la escritora canaria Pepa Aurora. Al poco, la conversación vuelve a ser interrumpida por María José López Rodríguez, una teldense de 33 años, que desea adquirir dos libros: “Me llevo el de Calima, de Lola Suárez, y el de Día de finaos, de Emma Rodríguez y Domingo Quintana. Trabajo como maestra en el colegio V Fase de Jinámar y estos libros voy a utilizarlos en clase, sobre todo el de los finaos me va a venir muy bien para acercar esta tradición al alumnado.”- nos indica. A nuestra pregunta en lo que respecta a su impresión sobre la feria, nos dice que: “Cada año hay más visitantes y puestos. Que haya hasta librerías de Vecindario es genial. Y hay mucha actividad infantil. De hecho, de lo primero de lo que se acordó mi hija hoy fue de que había feria”.
Verónica García destaca que ése es otro punto importante de la feria de Telde, el hecho de que se acerquen profesores: “En Las Palmas de Gran Canaria eligen un puente en mayo y no aparecen ni docentes ni funcionarios. ¿Quién se encarga de promover la cultura y la lectura? Es la diferencia entre que la feria la organice el ayuntamiento, con servicio público, o las empresas, con su interés privado”, afirma.
El público juvenil está olvidado
Entre las librerías de Telde presentes en la feria se encontraba la mítica Estupiñán. A diferencia de sus compañeros, Manuela García Estupiñán, considera que este año ha habido menos afluencia de público, “quizás porque coincidía con el carnaval de Carrizal”, indica. Eso sí, todas las personas que se pasaron por su caseta a comprar, se llevaron una galleta de limón: “Las hace una señora del Asador Kaykay, de Telde. Empezamos a darlas hace unos años y ya se ha vuelto tradición. Hay quien viene a comprar en esta caseta, y no en otra, para que le demos la galleta”, nos indica con una sonrisa. Manuela nos cuenta que, durante estos días, ha vendido muchos libros de género romántico, destinado a público de entre 16 y 18 años. “El público juvenil está olvidado en esta feria. Hay actividades para niños y para adultos, pero para los adolescentes no hay nada y, se supone, que tienen que programarse actividades para todos los públicos”. – lamenta. Asimismo, opina que la carpa central está desaprovechada, “tiene horas sin nada y, aparte, hay que controlar el volumen. En algunas actuaciones chillan y el ruido hace daño. En la feria anterior, unos niños con autismo se metieron debajo de mis mesas porque no soportaron el ruido tan fuerte y se asustaron”.
Otra de las críticas que hace la librera a la organización es la falta de promoción. “Yo no veo promoción por ningún lado, salvo en las redes sociales, pero no se puede basar sólo en eso. A mí no me llegó el cartel para poder ponerlo en la librería y que la gente supiera lo que iba a haber”, asegura. En este punto coincide Yaiza Padrón, jinamera de 45 años: “Las actividades que se realizan en las Casas Consistoriales deberían promocionarse más. No hay megafonía que te anuncie los actos. Una va a los stands y a la carpa, pero se pierde las presentaciones de las Casas Consistoriales. Además, creo que la gente tampoco se para mucho a mirar el cartel que está puesto en la plaza”, considera.
En lo referente a su percepción general sobre la feria, asegura que “está mejor que otros años. Que hayan traído a Raquel Díaz Reguera o que programen un teatro un domingo por la mañana, en vez de sólo cuentacuentos, es un acierto”.
Un entorno acogedor
Algo en lo que todos los asistentes con los que hablamos suelen coincidir es en la idoneidad de la ubicación. “Es un entorno muy acogedor y nos podemos ver todos las caras”- dice Sandra Blanco Hernández, de Librería Vecindario. Por su parte, Carmelo Santiago Casañas, de la editorial Edigeca, opina que: “la situación es idílica. El hecho de que el espacio esté en el mismo sitio hace que la gente se concentre. Está todo cerca, alrededor, no se dispersa… Eso es muy bueno”.
Para Carmelo es la primera vez que acude a la feria, “no porque no haya querido antes, sino porque los años precedentes se carecía de espacio”. Nos relata que sus expectativas se han visto superadas. “Nuestra editorial está especializada en genealogía canaria. La gente se sorprende de que haya un stand de sólo libros canarios y, de hecho, la frase más escuchada es: "Estos libros no los veo nunca", afirma. Desde el jueves, los ejemplares que más ha vendido son Abenchara, de Maruja Salgado y , de Teresa Ojeda. “La sensación es que la gente tiene ganas de comprar, de que les cuentes y les ofrezcas. Algunos, sí es verdad, me dicen que no sabían que estaba la feria, pero me ha venido gente de Santa Lucía, de Mogán…, hasta algún americano que se ha llevado libros de genealogía”.
Para Ismael Lozano (Editorial 7 Islas) es la primera vez que acude a una feria de Gran Canaria con caseta propia. Esta editorial conejera, con 11 años de vida, está especializada en autores de Canarias y tiene un primero de literatura diversa a nivel nacional. “Contamos con la primera colección de literatura LGTBI”, nos informa. Durante estas jornadas, los títulos que han tenido más éxito fueron , del que es autor, , de María Jesús Cano, e , de Isaí Escalada.
Y, entre todos los puestos, carpas, chiquillería comiendo roscas y algodones de azúcar, olor a pegamento de las manualidades propuestas por el Gato Engrifao, 4 bichos y Animaventura…, destaca la eterna e inconfundible sonrisa de Sandra Blanco, trabajadora de la Librería Vecindario y asidua a toda feria literaria que se precie. Éste es su tercer año y considera que “cada vez la organizan mejor. Hay más stands, más gente… El espacio siempre es el que es, pero están ampliando un poco hacia la zona de la iglesia y eso está muy bien”, nos indica. “Estoy vendiendo muchos títulos de las presentaciones, libros de bolsillo, infantiles, de Santiago Díaz, Ana Salamanca, Ana Belén Hormiga… La verdad es que estoy contenta, tanto con la afluencia como con la ubicación de la caseta y el espacio”.
Santiago Casañas también se muestra agradecido a la organización: “Nos han puesto medios suficientes para aparcar, para carga y descarga y vemos que hay una buena afluencia desde el primer día… De seguro que repetimos”.
Carmen Suárez | Lunes, 07 de Abril de 2025 a las 12:26:32 horas
El trabajo que han hecho con esta feria es ejemplar de un alto nivel. La mejor feria del libro que he visitado en Canarias
Accede para votar (0) (0) Accede para responder