El lenguaje publicitario tiene sus propios atajos para condicionar la decisión de la gente. Lo saben muy bien los creativos, los diseñadores de campañas, los gestores de redes sociales… y, desde luego, sus principales empleadores: las grandes empresas de marketing, las instituciones públicas y privadas, las organizaciones y partidos políticos, los colectivos sociales de referencia y todos aquellos personajes que están sometidos a un intenso escrutinio público.
De otro lado, todos sabemos que en la avalancha de contenidos que llegan a esta sociedad no es oro todo lo que reluce, y que en ese barullo nos colocan bulos, medias verdades, copias descaradas o incluso imitaciones más o menos logradas. Ante esa realidad, la recomendación de los profesionales del ramo siempre es la misma: si su cartera o su inteligencia se lo permite, compre usted el original y rechace las imitaciones.
Naturalmente, en esta comunicación no escribiremos sobre las técnicas de marketing, sino de los atajos de la política. De programas, de propuestas de futuro, de partidos y organizaciones políticas, incluso de sumas o restas que, cual bufaderos de costa, resoplan ocasionalmente en un intento de rebajar presión y dar tranquilidad al ecosistema interior, pero siempre en el mismo mar.
En Drago Canarias conocemos a quien se debe cada uno y, llegado el caso, a quien protegerá la izquierda con domicilio ideológico en Madrid. Las inercias conservadoras, de todos los domicilios, se estudian desde la escuela y no han cambiado ni lo harán. No es una lección difícil de explicar. Sirva a modo de ejemplo el presidente de este partido que, siendo diputado en el Congreso de los Diputados y ampliamente reconocido, fue abandonado al justicialismo por las izquierdas que dicen que son de aquí, pero respondieron a los intereses de allí, sin importarles a quienes o a cuantos canarios y canarias representaba.
Incluso amenazaron a personas con emprender acciones penales contra ellas si no permitían pasar página rápidamente, siendo cómplices de Marchena y Batet, del PP y del Psoe. Sencillamente, estorbaba aquí y allí. Demasiado tarde, pero la justicia ha empezado a corregir el atropello ilegal de la política y de la propia justicia, y hasta es probable que el pencazo resuene aún más fuerte si se dice allende Los Pirineos.
Que Drago Canarias está en el camino correcto, al ofrecer contenido político y esperanza a esa población que abandera el desencanto, la desafección política, la orfandad de representación en los ayuntamientos, cabildos, ^Parlamento de Canarias y también en el Congreso de los Diputados, es una evidencia palmaria. No es una opinión, así lo corroboran multitud de datos: la acogida de la juventud que lo impulsa, la seriedad, solvencia y valentía de sus portavoces, el aliento del mundo del arte, la rápida implantación en el territorio, el despliegue eficaz de su activismo social y político, el seguimiento espectacular que alcanzan los contenidos de Drago en las redes sociales…
Pero volviendo a la lógica de los profesionales del marketing y de la copia: cuando un “producto” funciona bien, siempre hay quien trata de plagiar modelos, objetivos, propuestas y hasta la propia envoltura. Dicho en plata, se intenta usar un altavoz más potente para vender un producto fake. Y, si así lo entiende usted, rechace las imitaciones porque el original es una organización de fiar que no le engañará.
A saber, otros hablan ahora de la conveniencia de una estructura confederal que preserve la voz de cada Isla salvaguardando el interés de Canarias como país, de que es urgente decrecer y repensar el negocio turístico, diversificar el modelo económico, de mayores soberanías después de décadas de mamandurria, de imponer de una vez por todas esa ecotasa que ayude a financiar la protección del territorio, de afrontar una ley de residencia, intervenir el mercado de la vivienda, de poner los servicios y el bienestar de la ciudadanía en el frontispicio de cualquier acción política, de rescatar la soberanía de las aguas canarias y exigir nuevas competencias para desarrollar una política propia de vecindad, de establecer mecanismos de transparencia y participación eficaces, de modificar la Ley Electoral Canaria.
Quizás cada organización y cada personaje sean cautivos de su pasado, o tal vez esa mudanza sea sincera y con la mejor de las intenciones. Lo cierto y verdad es que esta sociedad ha dado muestras de estar harta de buenas palabras, de vendedores de crecepelo, de malabaristas que engañan sin pudor elección tras elección, de quienes echan el balón por delante… Desde Drago Canarias hacemos un llamamiento para que la ciudadanía —única titular de las instituciones— diga que ya estuvo bueno y rechace las imitaciones.
Los hechiceros de la política hicieron creer que en las instituciones de Canarias cabía, y hasta que era bueno, alcanzar toda clase de componendas naturales o sobrenaturales. Y que, sin embargo, en las elecciones generales no importaba con quién ni para qué, lo realmente importante era la fuerza. Un error claramente interesado.
Desde Drago Canarias decimos que al igual que “un plato es un plato”, una tránsfuga es una tránsfuga, un desleal es un traidor, y quien vende los intereses de Canarias sea por un puesto o por la posición de su propia organización es un bellaco y un felón. Tampoco es opinión, ahí están los hechos: gobiernos locales conformados por enemigos íntimos, un Gobierno de Canarias en el que bailan las derechas pisándose los pies continuamente y los intereses de esta tierra… o una diputada en el Congreso elegida en coalición para representar a las izquierdas de Canarias absolutamente desaparecida... En cambio, el diputado y compañero Vicenç Vidal Matas, de Més per Mallorca, lleva al Congreso de los Diputados nuestras iniciativas en defensa de estas Islas.
Parece que hay quienes insisten en el intento de extraer los votos que se pueda de Canarias utilizando para ello especialistas en paracaidismo, alistando a perdedores de anteriores refriegas, estructuras sindicales o colectivos cívicos, en una práctica ignominiosa de buscar “dejarte ciego aún a costa de quedarme tuerto”. Drago Canarias no se callará ante ninguno de estos trágalas: la verdad y el eco de nuestras propuestas, la credibilidad de los mensajes y la rápida implantación en el territorio nos permite asegurar que hablaremos claro, con nombres y apellido si es preciso, para que la ciudadanía tenga toda la información antes de decidir en cualquier consulta que pueda plantearse, viva donde viva.
Sabemos que no es fácil. Incluso un intelectual de la talla del poeta canario Pedro García Cabrera se sentía confuso cuando decía: “Y, ahora, han sido tantos los silencios / que he cruzado en voz baja, tantas letras / de viejos silabarios me han mentido / sirenas, tantas noches desplegaron / estandartes de frío en mis vigilias, / que ya no sé en qué sueño me he dejado / el santo y seña para dar conmigo.”
Los silencios de la política, las mentiras y los engañosos estandartes de los políticos fake, como al poeta, han hecho olvidar el santo y seña a esta sociedad para encontrarse con ella misma en el progreso, en la exigencia de sus derechos, en el futuro de sus jóvenes… Pero desde Drago Canarias decimos que ya estuvo bueno, que es urgente abrir una nueva etapa política para que la ciudadanía confíe en el buen hacer de sus gestores, para que se sienta orgullosa de sus representantes, o que pueda mirar a sus instituciones convencida de que están administradas de manera prudente y responsable.
Es probable que tengan razón esos heraldos de la política y se avecinen momentos electorales. Pocos pueden saberlo con certeza, pero es verdad que ya frecuentan las ventanas “entrañables” emisarios, que se reavivan las tertulias y los mentideros políticos, que se actualizan las redes y los foros… Y todo, suponemos, en la idea de tirar de nuevo el trasmallo, de conciliar desencuentros, de apalabrar tratos, de comprometer puestos y asesorías… Pero la militancia de Drago Canarias no está en eso, continuará en la acción firme y la propuesta seria, en seguir fortaleciendo la organización con nuevas caras y equipos capaces de ofrecer confianza y garantías a la ciudadanía. Hablaremos, por eso no va a quedar, con quienes puedan acreditar que cumplirán los objetivos que eventualmente se acuerden, pero no con aquellos que sólo buscan untar los besos a quienes creen que los necesitan.
Se especula abiertamente con acuerdos y posibles coaliciones, pero Drago Canarias quiere decir alto y claro que no se plegará a la presión de esos mantras interesados de la unidad de la izquierda sin antes, con luz y taquígrafos, compromisos, programa, calendario y objetivos claros. En todo caso, que a nadie le quepa la menor duda que esta organización política cumplirá sus compromisos, pero seguirá fiel a su idea fundacional de estricta obediencia canaria, y si para eso se decide que es preciso concurrir solas ante la ciudadanía, así lo haremos.
Ese es nuestro compromiso.
Héctor Morán es responsable de Organización y Confederalidad de Drago Canarias.
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