Hornos del Rey y Lomo Blanco denuncian "desplante" de los taxis

Los barrios de Hornos del Rey y Lomo Blanco, en el municipio de Telde, han expresado su malestar creciente con el servicio de taxi, especialmente con la parada de Jinámar, al considerar que los profesionales del sector “rechazan o se niegan” a realizar trayectos hacia estas localidades, alegando la lejanía o la baja rentabilidad del servicio.

A través de un comunicado conjunto, las asociaciones vecinales La Buena Unión de Hornos del Rey y La Somada de Lomo Blanco han denunciado públicamente la situación, calificándola de “falta de sensibilidad y profesionalidad” por parte de algunos taxistas. “Nuestra gente no merece estos desplantes. Solo existe el taxi como vehículo público y tampoco quieren venir”, señalan.

Desde las asociaciones recuerdan que en estos barrios no existe transporte público regular, por lo que el taxi es la única opción disponible para desplazarse al centro urbano o a servicios esenciales como centros de salud, colegios o comercios. “No somos el fin del mundo en el municipio de Telde y exigimos el mismo trato y derecho a la movilidad que cualquier otro barrio”, subrayan.

Ambas entidades vecinales han anunciado que convocarán una reunión en los próximos días para analizar la situación y trasladar sus reivindicaciones a las instituciones competentes, como el Ayuntamiento de Telde, el Cabildo de Gran Canaria y las empresas responsables del transporte en la zona.

“La falta de transporte público en nuestros barrios es histórica, pero el desprecio de quienes deberían cubrir el servicio agrava aún más el aislamiento”, afirman, añadiendo que no descartan acciones reivindicativas si no se atienden sus demandas.

Los residentes consideran inadmisible que, en pleno siglo XXI, haya zonas del municipio que siguen marginadas en cuanto a movilidad y conectividad, y reclaman una solución integral, digna y urgente para poner fin a esta discriminación territorial.

“La accesibilidad y el transporte no son un lujo, son un derecho. Y no vamos a quedarnos callados mientras se nos trata como ciudadanos de segunda”, concluyen las asociaciones.