San Antonio denuncia el colapso de las aceras por coches mal aparcados durante los bailes de mayores

Los vecinos de la calle Enrique Granados, en el barrio de San Antonio (Telde), han alzado la voz para denunciar una situación que, aseguran, se repite cada fin de semana y pone en riesgo la seguridad del vecindario.

Según relatan, los viernes y sábados por la noche, coincidiendo con los bailes de mayores que se celebran en la Sociedad El Tabaibal entre las 21.00 y las 02.00 horas, muchos asistentes aparcan sus vehículos sobre las aceras, dificultando el paso normal de peatones y reduciendo de forma considerable el margen de maniobra de vehículos grandes, ambulancias o camiones de bomberos.

“No tienen compasión con los vecinos. Prefieren dejar el coche encima de la acera para caminar menos, aunque eso suponga poner en peligro a todo el barrio”, denuncia uno de los afectados.

Hay aparcamiento, pero no voluntad

Una de las críticas más recurrentes es que, a tan solo 300 metros del lugar donde se celebran los bailes, existe un aparcamiento de grandes dimensiones, gratuito y con espacio más que suficiente, pero muchos usuarios lo ignoran deliberadamente para estacionar lo más cerca posible del local.

“Lo triste es que sí hay sitio para aparcar, pero simplemente no quieren caminar unos metros. Esta conducta egoísta está afectando a todos los que vivimos aquí”, lamenta otro residente.

Reclamación de intervención policial

Los vecinos también critican la falta de actuación por parte de la Policía Local, asegurando que, en numerosas ocasiones, cuando se llama para denunciar las infracciones, se alega que no pueden acudir.

“Es incomprensible. Si un día ocurre una emergencia, los servicios no van a poder acceder. ¿Quién se hará responsable entonces?”, se preguntan con indignación.

Ante esta situación, los residentes de la zona exigen una intervención urgente por parte del Ayuntamiento y la Policía Local, así como mayor conciencia y respeto por parte de quienes acuden a estos eventos.

“No estamos en contra de los bailes ni de que la gente se divierta, pero no puede ser a costa de los derechos y la seguridad del resto del vecindario”, concluyen.