Cultura en Gáldar

Cuando llega el viernes, se despliega la oferta cultural y de ocio del fin de semana. La costumbre aquella de ver la cartelera para saber qué peli ir a ver el sábado por la tarde. Eso en las ciudades; mas ocurre otro tanto o más en los municipios medianos y pequeños de Canarias. Los que viven en Las Palmas de Gran Canaria (sobre todo), en Santa Cruz de Tenerife no es lo mismo por La Laguna y la mayor relevancia de los pueblos con respecto a la urbe, se centran en eso: en lo que el núcleo urbano ofrece ‘per se’, que no es poco. Pero en el interior de Gran Canaria y Tenerife asoma otro universo igual de interesante. Quién no recuerda, de las generaciones no tan jóvenes, aquellos cines de Telde y Arucas, junto a otros, que conformaban la ventana a la desconexión de sus vecinos.

Esta tarde se estrena la remodelación del Centro Cultural Guaires, en Gáldar. Pinta bien. Gáldar ha protagonizado una transformación enorme en un relativo corto periodo de tiempo. Ha sido de la mano de Teodoro Sosa. El mismo regidor y vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria que es protagonista político creciente en la isla y en el tablero autonómico. Por consiguiente, Sosa seguirá acumulando titulares de aquí a 2027. Con todo, hoy Gáldar y la comarca del noroeste está de enhorabuena: la programación del Centro Cultural Guaires es indispensable todo el año no solo para su municipio sino, a la vez, para Guía y Agaete. 

Lo importante que es para los que no viven en la capital, el contar con un abanico cultural que no le obligue a coger el coche para ir a un teatro, un espectáculo o lo que se tercie, y, a la salida, tomar un vino y unas tapas. De hecho, la plaza principal de Gáldar los viernes por la noche reluce alegría por los cuatro costados. Pasear por las calles aledañas es muy agradable, en cualquier momento.

El Centro Cultural Guaires, aquel antiguo cine, está llamado a revitalizar Gáldar. Fondos presupuestarios no le faltan pues tiene a mano a la institución insular. Es una buena noticia que se rehabilite los espacios culturales de las islas, especialmente los del interior. En un mundo donde se jalea el rearme, con el gasto y la deuda que conlleva, en aras de abanderar el ánimo prebélico, la cultura nos recuerda siempre la importancia de la paz. Eso sí que no tiene precio.