En Santa Cruz de La Palma, Correos se ha mudado. Ha dejado atrás el impresionante edificio, de fachada que llama la atención, ubicado en la entrada de la capital de la isla. Hace tiempo que se barrunta qué será del nuevo uso de semejante enclave. Y, con frecuencia, ha brotado los posibles de reforma e inauguración de un hotel de lujo que refuerce la oferta alojativa. A estas alturas, el debate ciudadano sobre el tipo de crecimiento que queremos ya ha llegado a La Palma, provocando oportunas contestaciones sociales; no es cosa sola de Fuerteventura y Lanzarote. El tiempo dirá que será de esta infraestructura. No tardaremos en descubrirlo porque necesita de un mantenimiento que, si no lo tiene, decae y pierde valor. Todo se aclarará.
Correos dispone de edificios emblemáticos en toda España. Forma parte de su capital. El propio de una empresa pública, tan legendaria, que construyó muchos de ellos a mediados del siglo XX. Cuando el Estado, su poder, también se reflejaba en sus edificaciones. Bien mirado, sigue siendo igual. Esos recintos incorporaban asimismo las viviendas del director y los empleados. Estamos hablando del apogeo del Estado del Bienestar y la intervención pública en el mercado en el Viejo Continente; son las denominadas ‘tres décadas de oro’ que van desde el fin de la Segunda Guerra Mundial a la crisis del petróleo de 1973. Hasta en los pueblos, Correos atesora oficinas de renombre y equipadas más que bien. No es para menos. Todos somos parte de Correos, al menos como usuarios. Si no vamos a echar cartas, enviamos paquetes.
En Las Palmas de Gran Canaria, en la avenida Primero de Mayo, Correos cuenta con otro edificio que es referente del núcleo urbano. Un estandarte de varias plantas, fruto de su otrora influencia, previa a la digitalización; la de una empresa pública que sigue siendo referente, y muy necesaria. A buen seguro, Correos está obligada a reubicar sus esfuerzos y herramientas, forma parte del ajuste a los nuevos periodos. Pero la pérdida del uso de estos edificios no es buena noticia. Sobre todo, si luego dan pie a la especulación.
Que Correos en Santa Cruz de La Palma se haya mudado provoca tristeza, desaliento ante la certeza de una época que se cierra. Tan bien ubicado, tan impresionante a vista del viandante, formaba parte indudable del alma de la ciudad. El runrún llevaba mucho gestándose y, finalmente, los presagios se han cumplido.
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