
El Carnaval de Telde 2025 ha iniciado con un tono más propio de un campo de batalla político que de unas fiestas dedicadas a la alegría y la convivencia. Lo que debería haber sido un arranque festivo para el disfrute de los ciudadanos se ha visto opacado por una guerra sin cuartel entre el Gobierno municipal y la oposición, un enfrentamiento que, a pesar de su virulencia, poco importa a los vecinos que solo desean celebrar.
Las acusaciones cruzadas entre el alcalde Juan Antonio Peña y los grupos de oposición, encabezados por Nueva Canarias y PSOE, han convertido la organización del Carnaval en una disputa pública, donde las palabras "destrucción", "falta de transparencia", "despilfarro" e "improvisación" han sido las más repetidas.
¿Fiscalización o bloqueo político?
La oposición exige explicaciones sobre la gestión del Carnaval 2025, en especial respecto al encargo a la empresa pública Gestel, el cumplimiento de la Ley de Contratos del Sector Público y la falta de rigor administrativo en un evento que maneja un presupuesto de 230.000 euros. En respuesta, el alcalde ha acusado a los concejales opositores de intentar paralizar las fiestas y sabotear su gestión, llegando a señalar a Celeste López (NC) como la principal responsable del aplazamiento de los eventos de este domingo y el próximo unes.
Pero, ¿quién tiene la razón? Desde la perspectiva de la oposición, el gobierno municipal ha improvisado y actuado sin planificación, lo que ha llevado a la suspensión de actos no por la fiscalización política, sino por la falta de previsión del propio alcalde. Desde el gobierno local, sin embargo, se insiste en que esta es una estrategia premeditada de la oposición para boicotear las fiestas.
Una batalla que deja en el olvido a los ciudadanos
Si algo ha quedado claro en este enfrentamiento, es que el verdadero perjudicado es el ciudadano de a pie, el que no tiene interés en las guerras partidistas y simplemente quiere disfrutar de su Carnaval. Las familias que esperaban el carnaval infantil, las academias de baile que se preparaban para el concurso K-Pop, y todos aquellos que ven en esta festividad un respiro en su rutina han quedado atrapados en un fuego cruzado que poco tiene que ver con ellos.
Más allá de los ataques personales y los reproches institucionales, la política debería centrarse en solucionar los problemas, no en agrandarlos. La organización de un evento como el Carnaval de una ciudad como Telde requiere planificación, consenso y responsabilidad, algo que brilla por su ausencia en este espectáculo político que han montado gobierno y oposición.
Mientras tanto, la ciudadanía observa con incredulidad cómo una fiesta que debería ser sinónimo de unión y alegría se convierte en la excusa perfecta para la confrontación partidista. Quizás cuando los políticos comprendan que las celebraciones no son propiedad de ningún gobierno ni de ningún partido, el Carnaval de Telde pueda volver a ser lo que fue en tiempos no muy lejanos: un evento para el disfrute de todos, sin intereses de por medio.
























GONZALEZ | Martes, 18 de Marzo de 2025 a las 01:26:27 horas
Es triste que no hicieran nada bueno cuando estaban en el poder, y que ahora que hay un equipo de gobierno que quiere trabajar por el pueblo y para el pueblo, se dediquen a poner zancadillas, que vergüenza, hasi solo demuestran que no saben aceptar que otros están haciendo lo que ellos no hicieron, " ánimo " Juan Antonio lo estás haciendo bien, el pueblo está contigo.
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