La OTAN desgajó a la izquierda ochentera. Felipe González vendió un referéndum forzado que nunca quiso pero que tuvo que celebrar porque se había comprometido. Nada más. Casi le cuesta el Gobierno. Justo entonces nace IU, al calor de convocatoria con las urnas y la movilización social previa. Canarias, Cataluña, Navarra y País Vasco dijeron no a la OTAN. El país fue sacudido. Pero el ‘felipismo’ había dado su palabra. Habría consulta por mucho que le doliese al PSOE, a ese PSOE; con los años, llamado ‘viejo’ PSOE por el ‘sanchismo’. González ganó por los pelos, TVE mediante; no había aún cadenas de televisión de titularidad privada.
Ahora Europa se aboca a un rearme que impactará en nuestros bolsillos. Más deuda pública, relajación del déficit e impuestos presentes y futuros empotrará a las clases medias y trabajadoras por un largo tiempo. Tendrá el distintivo socialista. También del PP. Será una jugada bipartidista porque la situación es la que es. Porque no queda otra, dirán. Lo mismo que dijo Mariano Rajoy cuando anunciaba recortes desde la tribuna del Congreso de los Diputados en pleno ‘austericidio’.
La Unión Europea, la entonces comunidad de un reducido grupo de socios fundadores, nació para evitar el conflicto. Para que no hubiese un tercer frente. Para que la Primera y la Segunda Guerra Mundial quedasen postergadas amén del eje franco-alemán que, ahora unidos, irradiaba la pacificación en el Viejo Continente. Era la Europa del modelo social. Nunca la Europa de la guerra a la que nos están preparando.
El fantasma de Rusia como potencial invasor ‘putiniano’ y el cansancio de los votantes ‘trumspistas’ al otro lado del Atlántico de seguir costeando la OTAN, nos conduce a una carrera armamentística. Aunque Estados Unidos ganó mucho poder internacional mientras hacían de escudero nuestro. De verdad, ¿ganamos adentrándonos en un conflicto geopolítico protagonizado por Estados Unidos, Rusia y China? ¿El enorme coste de armas que nos espera es de naturaleza defensiva o para tratar de equipararnos a potencias con las que no podremos tutearnos?
Sumar tiene un problema. Unidas Podemos una oportunidad para desmarcarse, aunque de escaso recorrido. Mas esto constriñe los posibles, ya limitados, del actual mandato ‘sanchista’. Pedro Sánchez cabalgará un PSOE comprometido con el aumento del gasto militar. Lejos queda cuando la internacional proletaria denunciaba que en las trincheras de principios del siglo XX morían obreros con independencia de su nacionalidad. Menuda sacudida teórica y de reveses le aguarda al PSOE si se acelera el afán prebélico. Eso sí, el precio de las acciones de las empresas armamentísticas está ya subiendo. Inviertan. Que los euros provoquen nichos en los cementerios.
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