
Se trata de un grupo escultórico en forma de fuente. Sus materiales de ejecución son: el hormigón armado, la cerámica de distintas calidades en verde, azul y blanco; el acero inoxidable y elementos vítreos; amén de todo el entramado técnico para lograr la circulación del agua y la iluminación de la misma. Se trata de una obra abstracta aunque encierra un enorme contenido iconológico para el municipio de Telde.
Este grupo escultórico ocupa una enorme rotonda de 42 metros de diámetro y una altura, desde el asfalto de la
vía que la circunda, de 11.10 metros. La obra presenta una suave pendiente, que desde una vista aérea y en su orientación hacia la costa, viene determinada por la presencia de tres charcas; una situada al sur, la mayor de ellas, con un diámetro de 12 metros aproximadamente; otra con dirección al este, con un radio de 6.85 metros y la última, al oeste, con un radio de 6.20 metros.
El surtidor central y mayor tiene relación con las subidas y bajadas de la mar. Las fuentes han sido bautizadas por su dirección: San Gregorio, San Juan y La Garita. En la parte inferior de las mismas una serie de horquillas, en grupos de tres, hacen alusión a las tumbas aborígenes. Por su parte, la decoración con cinco bolas es una evidente referencia a la Fecundidad. El entramado de líneas blancas sobre el azul, que se observa en la decoración, se relaciona con la espuma del mar y refuerzan las líneas de fuga ascendentes de la obra. Una mirada desde la altura nos haría observar, en las charcas referidas, los ojos y la boca (representada en la charca central).
Este enorme grupo escultórico se halla rematado por dos cabezas simbólicas, figuras de formas tetraédricas, que se avienen muy bien; formando una pareja biológica sin distinción de sexo. La cabeza, ubicada en posición inferior, tiene sus brazos abiertos de manera muy pacífica. Las referidas testas en acero inoxidable y vídreo nos hablan de su creación por medio de esas estructuras indeformables en forma de pirámide ( una de las grandes aportaciones del autor a la escultura). Por otro lado, el empleo del cristal nos hablan de la trasparencia del pensamiento puro, la limpieza del trato.
En cuanto a sus referencias e inspiración, podemos recordar las triangulaciones del arte prehispánico canario, especialmente las pintaderas y la estructura de las torres de la Basílica Menor de San Juan Bautista. Las dos figuras se hallan cubiertas de un paño que hace desaparecer los cuerpos de las mismas y sólo hallamos las telas que lo cubren (relación con su serie “Eólica”). Por tanto, se produce la desaparición de la parte sólida corporal (1). La parte que correspondería a la zona del pecho, que es el manto anterior de color blanco, es una evidente alusión al empleo de la cal en Canarias.
Recordemos que la cal fue un elemento, gracias al cual, miles de canarios ganaron el sustento durante décadas y que cayó en picado a partir del año 1965 por la llegada del cemento y los altos precios que alcanzó el carbón alemán y asturiano. La cal fue un elemento importantísimo para la construcción en las islas. Son memorables las zonas de Gando y Arinaga (2). Por su parte, en el municipio de Telde, destacaron los barrios del Goro y El Calero, donde existieron buenas industrias de este producto.
Esa hinchazón de la zona blanca escultórica nos rememora la cúpula de la iglesia de San Gregorio y el trabajo de la cerámica artesanal canaria. La referida zona albina nos recuerda la influencia del aire que hincha el referido manto. Por otro lado, hallamos las referencias de las Cuevas de Baladero en San Francisco en la profundidad de la charca este mientras que en el lado oeste se forma la quilla de un barco, recordando los barrios marineros de Telde. Las siete oquedades hacen alusión al Puente de “Siete Ojos” de Telde, sin olvidar el recuerdo de las cantoneras. Pero, regresando a lo que sería el pecho de la figura, desde uno de los perfiles situados al este, hay una referencia a la Montaña de Las Palmas. En la parte posterior, las terrazas nos recuerdan los lugares aborígenes de Cendro. Por su parte, la visión en esta parte posterior orientada al norte es alusiva a la Montaña de Cuatro Puertas. Regresando a la zona de la cabeza, hay diversas alusiones en la obra a la Sima de Jinámar y la Caldera de Los Marteles. Por otro lado, observamos diez caídas de agua de la parte posterior que recuerdan los nacientes de las cumbres y su canalización en recuerdo de las acequias, especialmente la Acequia Real del reparto de la Heredad.
La obra se completaría con una decoración vegetal apropiada y acorde en colores y significados. De esta forma, las flores de siemprevivas en violeta y amarillo se deberían situar en las horquillas que relacionábamos con las tumbas. En los bancales, clara alusión a la Emigración canaria y las Medianías donde debería plantarse la buganvilia por su procedencia americana. En la corona circular debería instalarse una planta de flor morada dedicada a la Mujer, en relación con su ciclo violeta-rojo y en alusión a los republicanos teldenses.
El empleo de cerámica se ha empleado para lograr una mayor resistencia a los gases emitidos por los vehículos y la cal procedente del agua. Por otro lado, el agua se convierte en la gran protagonista de la obra, tesoro para Canarias. Así, las distintas zonas geográficas quedan representadas en esta obra: las zonas altas y medias, por medio de bancales con vegetación y agua encauzada por acequias y repartidas a través de cantoneras. Por otro lado, las zonas medias y bajas poseen menos vegetación y el agua se nos muestra embalsada.
Todo este conjunto escultórico queda supeditado a la cabeza como centro de cualidades decisorias, tal cual ocurre en la constitución humana: mientras ésta decide, la actitud se manifiesta en el resto de los miembros y en el de su propio gesto, reflejo de la acción(3).
En cuanto al proceso de funcionamiento de las fuentes, en las denominadas Picachos y San Gregorio, el agua llega impulsada a un rebosadero y cae libremente a una acequia. En la fuente situada al este, el agua es impulsada hasta las boquillas en forma de abanico con múltiples toberas. Y en la fuente mayor, la denominada de La Garita, el agua es impulsada hasta tres anillos concéntricos, siendo el exterior de 6 metros de diámetro con 60 toberas de pulverización. El anillo intermedio, de 4.5 metros de diámetro, posee 36 toberas de pulverización mientras que el interior, de 3 metros de diámetro, posee 24 toberas de pulverización y en su interior se hallan 4 toberas con chorro de 3 metros de altura (4).
La obra se sitúa en la rotonda de Daora de la Avenida del Cabildo frente a las Casa de la Cultura de Telde y se inauguró el día 23 de diciembre de 1997, tras cinco años de prolongación en su ejecución (recordemos que se empezó a trabajar en diciembre de 1992). El autor de esta emblemática obra analizada es Bernardino Hernández Pérez.
NOTAS
(1) Información recibida por el propio artista.
(2) SANTANA,A: “La cal de la tierra”. Canarias 7,20-12-1998,p.30.
(3) Vide nota(1).
(4) Datos procedentes de la memoria del proyecto de la Fuente de Telde. M.I. Ayuntamiento de Telde, 1987.
























Carmen | Domingo, 02 de Marzo de 2025 a las 18:22:34 horas
Desde luego muy interesante este monumento que por falta de cultura ,y falta de conocimiento muchas personas no la entendemos ,a partir de hoy lo valoro mucho y es interesante cómo el escritor la detalla.con todo lujo ,muy importante.
Gracias Sr. Naranjo
Accede para votar (0) (0) Accede para responder