Mañana será otro aniversario del 23F. Pertenezco a una generación en la que aún crecías con el telediario recordando año a año, aunque fuera solo un minuto, aquel episodio con las típicas imágenes de la ráfaga de tiros.
Y la valentía de Adolfo Suárez, Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo, los únicos que se mantuvieron firmes ante el temor natural del resto. Por cierto, aquel día Fernando Sagaseta, diputado de UPC por Las Palmas, resultó herido al caerle unos cascotes del techo. Anécdotas al margen, aquello era una constante porque formaba parte del relato de la Transición. Estuviese el ‘felipismo’ en La Moncloa o ya José María Aznar, las imágenes salían al mediodía mientras las familias hacían la sobremesa. Y, de paso, el abuelo o el que fuera contaba dónde estaba el 23F, donde lo pilló. Y ya había cotarro asegurado para rato.
Ahora, ¿qué? Puede que mañana en el telediario no salga nada. Hoy como entonces está en discusión si la televisión pública favorece o no al Gobierno de turno. Eso no cambia porque la competición electoral persiste, gracias a Dios. Mas para las generaciones más jóvenes, ¿significa todavía aquello algo? Esa es la gran pregunta.
Esa retahíla de minutos televisivos grabados (la opinión pública no lo vio en directo por TVE) quizá no sea nada para la cantidad de información y desinformación que circula por internet. Con la cantidad de vídeos que hay en las redes sociales donde se impone un olvido oceánico, ¿a quién le importa el tricornio de Tejero?
Los golpes de Estado del presente y el futuro no serán con asaltos al Congreso de los Diputados. No habrá asonadas golpistas decimonónicas o pronunciamientos solemnes al uso. La democracia caerá con un ‘tuit’ o algo similar que se haga expansivo surfeando emociones galopantes que se contagien mientras previamente se ha debilitado el Estado de Derecho y la credibilidad de las instituciones. La antipolítica que propala la extrema derecha, el ‘trumpismo’ y demás populismos de toda laya es tan solo el aperitivo del derribo posterior de la democracia. Y cuando eso se produzca será algo casi anodino, como un domingo por la tarde. Los golpistas aparecerán como hechos consumados. Como lo natural e inevitable porque antes se han encargado de vender que lo que hay no sirve.
Si Donald Trump ha vuelto a gobernar tras espolear la invasión al Capitolio en enero de 2021, todo puede ocurrir. Los Tejeros del siglo XXI no necesitarán pistola. Se servirán de los móviles para dictar las sentencias de los consejos de guerra virtuales en los que retornen los vencedores y vencidos cuando no concurre la democracia. Una tragedia griega.
YO SOY UN EX CIUDADANO PARA EL CAMBIO | Viernes, 07 de Marzo de 2025 a las 20:02:11 horas
Quizás no se me entienda " Preparado de antígenos que, aplicado a un organismo, provoca en él una respuesta de defensa. Usado, usada o usadas también en sentido figurado"
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