Sobre las sociedades culturales y de recreo en Telde y su comarca (II)

(Segunda parte)

Después de este repaso apresurado por nuestro más que convulso siglo XIX patrio, nos introducimos de lleno en lo que realmente debió ser el centro de nuestro artículo de investigación. Como amante de la Historia, me agrada sobremanera contextualizar los temas a tratar, así no renuncio jamás a los preámbulos, si éstos realmente ayudan al lector.

No sabemos quiénes fueron más decisivos a la hora de imitar sus costumbres, si las noticias siempre lejanas de Madrid, Barcelona, Sevilla, etc., o los ecos más cercanos y más constatables de los hijos del Imperio Británico radicados entre nosotros. Lo cierto es que ya a principios de la segunda mitad del siglo XIX aparecían por doquier sociedades culturales y de recreo, en donde los socios, mayoritariamente canarios, permitían la entrada a los chonis, máxime cuando éstos previamente habían contraído matrimonio con alguna o algún oriundo del país. Primero, la nobleza y la alta burguesía, más esta última que la primera. Algo más tarde, las clases obreras más especializadas, como es el caso de los gremios artesanales. Todo ello extensible a ciertas sociedades que se calificaron de obreras y campesinas.

Llegados a este punto, no sobrará el nombrar a algunas de mayor recorrido histórico so pena de dejar atrás otras tantas con menor, igual o superior influencia en sus respectivas localidades:

. La Republicana, Los Llanos Telde, Gran Canaria (Última mitad del siglo XIX).

. La Jarca, Los Llanos de Telde, Gran Canaria. (Último tercio del siglo XIX).

. El Real Casino de Santa Cruz de Tenerife (nacido como Gabinete de Lectura y Recreo) 1840.

. El Ilmo. Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria (Gabinete Literario de Fomento y de Recreo de Las Palmas.) 1 de marzo de 1844.

. Casino de Gáldar--Sociedad de Fomento Instrucción y Recreo, Gran Canaria, 1 de julio 1847.

. Casino de la Real Villa de Santa María de Valverde, Isla de El Hierro, 1860.

. Casino de Santa María de Guía, Gran Canaria, 1874/1895.

. Círculo Mercantil de Las Palmas de Gran Canaria, Barrio de Triana, 1879.

. Real Sociedad Cosmológica de Santa Cruz de San Miguel de La Palma, 1881.

. Casino de Arucas, Gran Canaria, 12 de febrero de 1890 (Varias etapas).

. Real Club de Golf de Gran Canaria (Decano de todos los existentes en España), 1891. Bandama, Santa Brígida.

. Casino de San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, 1899.

. Real Club Náutico de Tenerife, 26 de diciembre de 1902.

. El Ateneo de La Laguna, Tenerife, noviembre de 1904.

. Sociedad de Cultura y Recreo La Atlántida, Arucas, Gran Canaria, 1904.

. El Real Club Náutico de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, 1908.

. El Casino La Unión -Instrucción y Recreo La Unión, Barrio de San Juan, Zona Fundacional de Telde, Gran Canaria, 3 de enero de 1908.

. Club Británico, Las Palmas de Gran Canaria, octubre 1908.

. Real Club Victoria, Playa de Las Canteras, Las Palmas de Gran Canaria, 8 de julio de 1914.

. Sociedad Cultural y de Recreo La Fraternidad, Los Llanos de San Gregorio, Telde, Gran Canaria, 1922. (Hoy no existe como tal).

. Sociedad Cultural y de Recreo de San Antonio del Tabaibal (Antes Sociedad de Trabajadores Agrícolas), Telde, Gran Canaria, 1925.

. Círculo de Labradores de Cardones, Gran Canaria, 14 de julio de 1929.

. Sociedad Agrícola La Diversión, Lomo Magullo, Telde, Gran Canaria, 1933.

. Casino de Arucas, Gran Canaria, 1939 (Después de varios avatares vuelve a aparecer en la fecha ante indicada. Hoy no existe).

. Sociedad Obrera de Cánovas del Castillo (Sociedad Recreativa), Telde, Gran Canaria. Primera mitad del siglo XX.

Las sociedades de Instrucción y Recreo o Culturales y de Recreo, avanzaron durante todo el siglo XX, encontrándose de pronto con las órdenes gubernativas cívico-militares, que tras el alzamiento de 1936, las conminaba a cambiar sus estatutos, y en algunos casos sus denominaciones. La autoridad surgida en Canarias a partir del 18 de julio de 1936 enviará un oficio en el que se ordena suprimir los términos, trabajador y obrero, así como los alusivos a republica o republicanismo. Se incautan bienes de aquellas sociedades de manifiesto signo republicano y de hecho las disuelven. Éste es el caso de la popular sociedad La Republicana de Los Llanos de San Gregorio en Telde, entidad está vinculada al Partido Republicano Federal y a otros partidos de izquierdas. Liquidada la propiedad de sus sedes sociales, en algunos casos pasan al Sindicado Vertical del Nuevo Régimen o a cualquier otro servicio, tales como: Sedes de Falange, Centros de la Sección Femenina, Escuelas Elementales, Institutos de Enseñanzas Medias, Centros de distribución de alimentos (Los famosos Gota de Leche), Bibliotecas públicas, Casas de Socorro, Ambulatorios de la Seguridad Social, Delegaciones de Ministerios, Sedes del Instituto Nacional de Previsión, Centros de la Organización Juvenil Española (O.J.E.). Sus socios discretamente, en unos casos y, en otros no tanto, pasan a crear las nuevas sociedades. En el caso particular de la Republicana teldense, muchos de sus miembros se unen a los de La Fraternidad.

Los cambios políticos y los vaivenes económicos siempre han estado tras las azarosas vidas de muchas de estas sociedades. En tiempos de bonanza económica y estabilidad política éstas florecieron y se reforzaron, en cambio, en los momentos complicados, como ya hemos dicho con anterioridad, éstas se verían negativamente afectadas. La ciudad de Telde por su propia morfología: Dos núcleos poblacionales centrales (Los llanos de San Gregorio y San Juan), tuvo en cada barrio o distrito una sociedad para armonizar la vida cívico-cultural. Antagónicas en cuanto a unas supuestas ideologías, comúnmente en la opinión pública se mantenía que La Fraternidad era interclasista, más liberal y laxa en cuanto a costumbres. Ésto le permitió alcanzar un número muy elevado de socios.

Durante la presidencia de don Laureano Betancor, el antiguo edificio fue demolido para levantar otro de gran altura y más acorde con los tiempos que corrían del tardofranquismo. En cambio el Casino la Unión era tachado de clasista y siempre guiado por sus estrictos estatutos. Estos San Benito, por más pueblerinos no respondían a la realidad. En ambas sociedades había de todo y, si es cierto que El Casino se movía en la atmosfera de los ciudadanos de la zona Fundacional (Mayoritariamente agricultores propietarios o arrendatarios de fincas plataneras, además de funcionarios de las diferentes administraciones públicas). La Fraternidad era el epicentro de la activa vida mercantil, en su mayor parte, sus socios eran comerciantes de todos los ramos, artesanos, pequeños y medianos propietarios agrícolas, profesionales liberales y un puñado de ricos exportadores hortofrutícolas).

Ambas sociedades recreativas tuvieron su mayor esplendor, en las décadas de los cincuenta, sesenta, setenta y ochenta del pasado siglo XX. Los jóvenes teldenses tenían una común ilusión, ser socios de esas entidades tan pronto cumplieran los dieciocho años y con ello la mayoría de edad. Cuando decimos jóvenes, nos referimos a los varones, pues las féminas estatutariamente no podían serlo, aunque esto no les impedían acudir a bailes, conferencias, etc. Pero, tenían vetada la entrada a las salas de juego y en algunos casos hasta a la Biblioteca.

Los bailes dominicales entre las 19:00 y las 22:00 horas, animados bien por un disc-jockey, o por un conjunto de música en vivo hacían las delicias de todos. Si bien El Casino La Unión usó ambas formulas, fue La Frater, como popularmente se le conocía a La Fraternidad, dentro y fuera de la ciudad, la que se llevó la palma de oro, por su mayor capacidad a la hora de acoger a las potenciales parejas de baile y también por permitir mayor libertad de actuación de las mismas. Gentes procedentes de las Villas de Agüimes, El Ingenio, El Carrizal o el más cercano Valsequillo, además de todos los barrios limítrofes a Telde centro, acudían a tropel para hacerse con la pista de baile de la Sociedad Llanense.

Deseando analizar qué ha llevado a la desaparición o merma de nuestras sociedades culturales y de recreo apuntamos éstas:

Los cambios generacionales traen consigo una profunda crisis social. Los jóvenes del siglo XXI, distan mucho entre sus entretenimientos y maneras de relacionarse de los que les precedieron en el siglo XX. Si tenemos en cuenta que las principales actividades cotidianamente desarrolladas en estas entidades fueron: en la biblioteca y aledaños, la lectura de los principales periódicos insulares y algún que otro peninsular. Esta rutina no tiene razón de ser después de la irrupción de las nuevas tecnologías. Ya no hay que salir de casa para estar debidamente informado de lo que acontece en el mundo. Igualmente sucedió con la escucha de la radio o la visión de la tele. La estampa de señores bien acicalados en frente de esos aparatos, es escena del pasado. Otros de los entretenimientos, que tenían lugar en las en estas sedes sociales eran los juegos de mesa, tales como: El dominó, el ajedrez, las damas, el parchís, y todas las modalidades de carta, desde los naipes anglosajón a las más cercana baraja española. También era imagen cotidiana el juego del billar y del futbolín, a los que recurrían con frecuencia los más jóvenes. Una cantina o bar despachaba a destajo refrescos, bebidas alcohólicas, cafés, cortados, café con leche, etc., acompañando a todo ello un numero de tapas o pinchos que algunos alcanzaban cierta notoriedad, como era el caso de la célebre pata de cochino de don Juan Martín (En La Fraternidad).

Hoy en día las quedadas o botellones le ofrecen al joven oportunidades de sociabilizar al aire libre y sin las restricciones propias de unos anquilosados y estrictos protocolos sociales.

En una sociedad basada en la inmediatez, eso de tener que esperar al sábado o al domingo para de 19.00 a 22.00 horas poder bailar, es algo más que obsoleto. Los hábitos actuales señalan como óptimos otros horarios, aquellos que partiendo de a la medianoche se extienden a las horas primeras de la mañana y todavía pueden ser extensibles al resto del día, en los famosos after.

Las que han sobrevivido a toda esta marea de contratiempos son aquellos, que ofrecen todo tipo de ofertas tales como: Restaurantes, Canchas de deportes (Pádel, Tenis, Baloncesto, Balonmano, Voleibol, etc.), piscinas, espacios verdes abiertos para el recreo. En algún que otro caso estar o poseer muelles deportivos…. Que por desgracia no ha sido el caso de las sociedades teldenses, que aun teniendo oportunidades de salir al extrarradio de la urbe, y así modernizarse de acuerdo a los nuevos usos, con cierta miopía y por una excesiva comodidad para los socios de mayor edad, decidieron seguir ocupando los lugares, antiguamente estratégicos de los principales barrios o distritos de la ciudad. Sólo han insistido, a veces a duras penas, aquellas sociedades a las que, establecidas en barrios no les hizo mella la creación de las nuevas sedes de las múltiples asociaciones de vecinos. Muy en boga en Telde en la década de los ochenta y noventa, animadas por el Consistorio y por la política socio cultural que desde él se organizaba.

Muchos se han reconvertido en espacios culturales de primer orden ofreciendo charlas, conferencias, cursos de los más diversas temáticas, clases de yoga, salas para exposiciones, salones para clases de baile, gimnasios, espacios para consulta on line, Bibliotecas especializadas, uso gratuito de wifi en todas sus instalaciones y así un largo listado de apetecibles ofertas.

Las otras, las que han quedado ancladas en el pasado, pronto cerraran sus puertas, ya que el número de socios no se renueva y sus haciendas se encuentran mermadas por cuotas nimias, numerosos impagos, inactividad de sus juntas directivas siempre a la espera de subvenciones políticas interesadas que perjudican más que benefician a la concordia entre los socios.

Recemos un emotivo Requiescat in pace por todas aquellas Sociedades de Cultura y Recreo, que en estas Islas han sido. Demos las gracias a sus múltiples socios, que en el pasado se sacrificaron para sacar adelante tales proyectos. A las Juntas Directivas, nuestro reconocimiento por el valor, el esfuerzo y la dedicación de que hicieron gala.