Poco a poco se está insuflando en el ambiente, en la opinión pública, la necesidad de rearme y de aumento del gasto público en armamento. Como es habitual, esto no sucede de la noche a la mañana. Al contrario, es un proceso gradual. En la Alemania nazi de los años treinta del siglo pasado, comenzaron diciendo que los aviones que fabricaban era simplemente para transporte cuando, la realidad, pocos años después, fue que se concibieron para bombardear. De hecho, Guernica, Madrid, Barcelona… fueron las primeras ciudades que vivieron el infierno de la guerra dentro del núcleo urbano; no hubo que esperar a la Segunda Guerra Mundial. La intervención de Alemania e Italia en la Guerra Civil (1936-1939), anticipó las modernas maniobras bélicas que experimentaría pronto el Viejo Continente.
Donald Trump deja sola a la Unión Europea. En la supuesta paz negociada con Rusia, que deja constancia del sacrificio inútil del presidente ucraniano por mantener un conflicto perdido de antemano con una potencia nuclear, Bruselas no tiene nada que decir. Directamente, la Administración Trump nos ignora. Eso sí, paralelamente nos advierte que tenemos que gastar más en munición y armas si queremos contar con el blindaje de la OTAN. ![[Img #1017475]](https://teldeactualidad.com/upload/images/03_2024/967_rafael-foto-reducida-225.jpg)
Este lenguaje no gusta. Y certifica que el universo de las relaciones internacionales ungido tras la Segunda Guerra Mundial, ha dicho adiós. Nada bueno, por tanto. Y nos lleva al abismo o, al menos, a la sensación de un horizonte desconocido en el que Estados Unidos, Rusia y China hacen sus pulsos mientras en Europa no pintamos nada.
Alemania, que está inmersa en pleno periodo electoral, observa cómo integrantes de la Administración Trump jalean amén de internet a que voten a la ultraderecha. Su líder es nieta de un miembro de las SS, casi nada. No se respeta la soberanía. Ni el decoro institucional mínimo que dábamos por hecho hasta el otro día. A este paso, o la sociedad civil estadounidense reacciona ante el ‘trumpismo’ o este hará y deshará como le plazca, a la vez que los socios comunitarios atestiguamos el derrumbe del mundo de ayer. Nos están preparando para la guerra por la puerta de atrás, sin que se note. Y tras décadas de paz y movimientos pacifistas, nosotros no podemos alentar esa ola neoimperial que el ‘trumpismo’ quiere alargar e intensificar. Es un ciclo arduo el que nos aguarda. Para que luego digan algunos que los resultados electorales en Estados Unidos, nos son ajenos. Para nada.
























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