La ultraderecha ya no tiene edil en Fuerteventura. El concejal Miguel Felipe Rastrero se ha dado de baja de Vox y pasa al conocido como grupo Mixto. La crisis de Vox en Canarias persiste y se yuxtaponen los episodios de Telde, Ingenio, La Laguna, Agüimes… Su discurso, tan mesetario, no cala en las islas. Lo llamativo es que corre la crítica de ausencia de democracia interna por parte de los que se van. El partido en el archipiélago es una sucursal de Madrid. Santiago Abascal y un puñado reducido de corr
eligionarios lo deciden todo. Y en las comunidades autónomas defienden que los demás deben asumir sin más lo que Abascal dictamine.
En el Parlamento de Canarias están solos. Nadie quiere corear con ellos ninguna consigna ni proposición. Es verdad que puntalmente CC ha hecho manitas con Vox en municipios no capitalinos, con tal de preservar alguna estabilidad local. Pero la soledad de la ultraderecha en la Cámara es máxima. Una cosa son los vientos mesetarios y otra distinta es el latir isleño.
CC y PP pueden, en la mayoría de los casos, entenderse por sí mismos. En el archipiélago suman mayoría en numerosas instituciones. No requieren del concurso de la ultraderecha. Esto no es las dos Castillas y, por ende, la pareja de baile entre CC y PP ocupa un gran espacio de poder sin tener que detenerse en cuitas indeseables de tener que entenderse con Vox. Así ha sido desde 2023 y resta saber si la tendencia irá a más a partir de 2027.
Mientras el fenómeno migratorio se mantiene igual o va al alza en Canarias, y las diversas siglas tratan de sacar adelante iniciativas contando al tiempo con Madrid, Vox se encastilla en una retahíla ‘trumpista’. Canarias la toman como un patio trasero, como un dique de contención para que el problema no llegue a la península. Tanto que Vox ataca a las instituciones comunitarias y, sin embargo, se asimila a Bruselas al considerar la ‘isla-cárcel’ que padecemos. Los votos son los que decidirán en la próxima cita con las urnas. Mas a nivel institucional los ediles se están dando de baja de la formación. Ahora es en Fuerteventura, aunque podrán venir más supuestos de desenganche. Vox fue una ola que puede bajar en cualquier momento. Pero esto requiere de la energía del resto para imponer un ‘cordón sanitario’ que detenga a la ultraderecha.

























Olga Maria Rivero Santana | Jueves, 13 de Febrero de 2025 a las 11:40:39 horas
Que en TODOS los partidos políticos no hay realmente "libertad" para dentro de la lógica unidad que deben tener, (que no es "uniformidad") es más que evidente. Al que disiente y/o cuestiona determinadas "actitudes" y "doctrinas", se le "arrincona" o se le "invita" a marcharse. Alguien entra a formar parte de un partido (el que sea) porque supuestamente comparte una serie de ideas y/o valores para llevarlos a cabo como proyecto político, pero ye vemos que en muchos casos, se dan situaciones de desencantos y de choque frontal, que lleva tomar ésas decisiones de marcharse para iniciar otro proyecto más acorde con lo que cree y quiere realiza cada uno. Nada nuevo, muy al contrario, algo cada vez más frecuente.
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