La piedra angular

Las Palmas de Gran Canaria no es nacionalista. Por no mentar que la mezcla de procedencia poblacional cada vez es más variopinta. Incluso, en los mejores tiempos de CC (con Marino Alduán de candidato) no pasaba de un puñado de concejales que se resignaban a las mayorías absolutas del PP. En cambio, Telde sí lo es. Bien por la época de Francisco Santiago como regidor (Asamblea de Vecinos, Asamblea Canaria y NC), bien porque a la par de NC han convivido otras formaciones como CC. Dicho en plata, Telde es la puerta de entrada en Gran Canaria para la construcción del nuevo PNV isleño que está en marcha. Y eso lo sabe Teodoro Sosa; guanarteme que ha identificado a su faycán.

Y aquí es donde entra en la fórmula Ciuca. Juan Antonio Peña es el tándem perfecto para el BNR. Y quien dice Peña dice también Onalia Bueno en Mogán. Así todo, Peña es más útil para Sosa que Bueno. Razón: la moganera tendrá mayoría absoluta pase lo que pase y, por el contrario, afianzar a Peña en la ciudad de los faycanes implica la absorción de CC y, por ende, el fortalecimiento nacionalista por el que quiere bascular el galdense. Dicho de otra manera, aspira a que Telde pase de ser el feudo histórico que tenía NC a que torne en pilar para el proyecto nacionalista en ciernes. La importancia de Telde en el sistema de partidos en Canarias es esencial.

Con estos mimbres, el objetivo de Gáldar, Telde, Agaete, Valsequillo, Mogán, Guía… es lograr cuatro o cinco escaños por Gran Canaria al Parlamento. Equipararía (aparentemente) a la isla redonda con Tenerife en lo que significa para CC. Y si lo hacen bien, pueden conseguirlo. Esa magnitud de actas propiciaría, a su vez, cosechar dos representantes por la provincia de Las Palmas al Congreso de los Diputados. Y, tachán, tachán, ya Fernando Clavijo tendría su grupo parlamentario en Madrid al estilo (casi) de Junts y el PNV.

Sosa quiere marcar sus tiempos. Que nadie se los marque. No puede forzar la maquinaria. Los divorcios llevan sus duelos. Pero la meta es la que es, más o menos definida. De hecho, a todos les interesaría, llegado el momento procesal oportuno, agruparse bajo unas nuevas siglas. Nada de paraguas. Esa sería su fortaleza ante un PSOE y un PP que comienzan a sentirse descolocados de cara a 2027.