Amigos lectores-as, estoy seguro que algunos de ustedes saben quiénes son y qué hacen las Oblatas.
Sí, ellas son mujeres que un día sintieron la vocación de servir a gente necesitada que habían caído en el mundo de la prostitución.
La fundadora fue la religiosa Antonia María de Oviedo y Schönthal, que al ver la necesidad de hacer algún tipo de trabajo social con ellas para ayudarles a volver a reinsertarse a la sociedad ayudadas por alguna congregación religiosa que les ayudara en el proceso de rehabilitación.
Fue entonces cuando monseñor Serra habló con Antonia María de Oviedo y Schönthal, antigua institutriz de las hijas de Reina María Cristina de Borbón y de su segundo marido, el Duque de Riansares. Ésta aceptó y así se fundó la nueva Congregación, exclusivamente dedicada al trabajo social con mujeres en situaciones marginales y a la reeducación de las mujeres que quisieran abandonar la prostitución.
Fue el 2 de febrero de 1870 cuando la fundadora de la Congregación se conviertió en la primera hermana Oblata del Santísimo Redentor con el nombre religioso de Antonia María de la Misericordia, asociada desde su origen a la Congregación del Santísimo Redentor.
Sepamos que las Oblatas del Santísimo Redentor se dedican al trabajo social de mujeres en contexto de prostitución siendo víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual.
Acabo dejándoles la noticia de que hoy las religiosas Oblatas están presentes en 16 países teniendo la sede general en Madrid, España.
¡Amigos lectores-as, que tengan todos un feliz fin de Semana.
Francisco Martel es sacerdote.
Mariaje López | Lunes, 10 de Febrero de 2025 a las 17:34:29 horas
Sí, muchas mujeres, decenas de miles en este país, sabemos quienes son las oblatas. Una orden religiosa, (no la única, pero sí la más cruel) que bajo el paraguas del infame PATRONATO PARA LA PROTECCIÓN DE LA MUJER, nombre mentiroso donde los haya, ejerció durante toda la dictadura y hasta 1985 el maltrato y se aprovechó del trabajo esclavo de las internas, que llamaban descarriadas, caídas o en riesgo de caer, en sus orfanatos y reformatorios, peores que cárceles para menores, y cuya historia recogió Consuelo García del Cid Guerra en sus libros Desterradas hijas de Eva y Ruega por nosotras. Carmen Guillén ha escrito su Tesis sobre el patronato, pueden consultarlo y saber si no quiénes son, quiénes fueron las Oblatas. Pero claro, hay que querer saber.
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