Treinta años se cumplen del asesinato de Gregorio Ordóñez por parte de ETA. Un documental que se acaba de estrenar y lo tienen disponible en abierto en internet, titulado ‘Gregorio Ordóñez, el asesinato que despertó la rebelión contra ETA’, refleja bien la Euskadi de mediados de los años noventa. Ese periodo en el que la banda terrorista se lanza a socializar el dolor. Dicho de otra manera, ya no atenta solo
contra militares y policías (que está igual de mal) sino que pasa a tener a políticos, periodistas y personas reconocidas públicamente como objetivo.
El valor del documental, producido por ‘El Diario Vasco’, y cuya duración es de 40 minutos, es que combina bien las diferentes claves; desde el análisis político, los detalles de la ciudad del momento y, obviamente, el dolor familiar y las consecuencias que conllevó el duelo. De hecho, la viuda (Ana Iríbar) y el hijo (Javier Ordóñez) tuvieron que irse a Madrid a vivir porque la madre no quería que su retoño creciese en aquel ambiente. Una cotidianeidad donde chocaban (cara a cara) las congregaciones ciudadanas pidiendo la paz con la masa social ‘abertzale’ reclamando sus pretensiones sin antes renunciar a la violencia.
Los que leyeron la novela ‘Patria’ de Fernando Aramburu, les gustará. Cabe pensar si personas tan valientes y comprometidas con la libertad y la democracia, como es el caso de Ordóñez, tendrían hoy espacio propio en la política. Logró que el PP fuese la fuerza más votada en Donostia en los comicios europeos de 1994. Apuntaba maneras y éxito creciente. Soñaba con ser alcalde. Y ETA amartilló su crueldad arrebatando su vida.
Pagó Ordóñez el precio más alto. Nunca tenía que haber ocurrido. Incluso, puede que la familia (que no lo ha dicho) pensara luego en más de una vez si a ellos les mereció la pena. A saber. Toda esta memoria de las víctimas hay que preservarla. En aquellos años los ediles populares y socialistas eran abatidos con frecuencia. Mas la espiral jalonada del terrorismo tuvo como contestación hitos que fueron poco a poco abriéndose paso ante la espesura del silencio impuesto donde reinaba el miedo en el vecindario. Siempre son un puñado de valientes los que dan ejemplo al resto. A estos ciudadanos anónimos que se manifestaron en los principios, también hay que recordarles. Tuvieron que superar los recelos de los vecinos, el qué dirán o el temor a la represalia en el negocio. Ese pasado fue cerrado hace más de una década. Venció la democracia.
























Nicolás Bravo | Domingo, 26 de Enero de 2025 a las 11:31:36 horas
Desgraciadamente TODAVÍA hay demasiadas Olgas Marías que piensan que todos los vascos son terrorista de ETA.
La realidad es otra.
A las 7 de la tarde del 20 de octubre de 2011, la banda terrorista anunció, por carta, el "cese de su actividad armada" y su DISOLUCIÓN DEFINITIVA.
Sí, fue durante el gobierno socialista de José Luis Rguez Zapatero.
NO. Es mentira lo que ud afirma. En las instituciones democráticas no hay terroristas de ETA ni nadie con un pasado asesino.
¡¡ DESPIERTA !!
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