Echenique y sus cosas

En su enésimo delirio bolivariano, el secretario de Acción de Gobierno de Podemos, Pablo Echenique, daba rienda suelta en la red social X (antiguo Twitter) al guión de sus sueños húmedos comunistas, una copia barata de la Ley de Reforma Urbana cubana de 1960, alardeando de un plan maestro para acabar con el problema de la vivienda en España. 

Entre algunas de las medidas que propone este físico teórico, reconvertido por su propia obra y gracia en genio macroeconómico, se encuentran las siguientes:
    •    Bajar los alquileres un 40% por ley
    •    Impuesto a las viviendas vacías
    •    Prohibir el alquiler turístico
    •    Sanciones ejemplarizantes al alquiler de temporada
    •    Compra por parte del Estado de las viviendas que se vendan como consecuencia de lo anterior

Su lógica comunista no tiene fallos. Si se obliga a bajar el alquiler un 40%, los propietarios podrían decidir no poner su vivienda en alquiler, por lo que entonces se implementaría un impuesto a las viviendas vacías. Para evitarlo, los propietarios podrían recurrir al alquiler vacacional, por lo tanto, la solución sería prohibir este último, para que a los propietarios no les quede más remedio que acudir al alquiler de temporada. Como, según él, el alquiler de temporada sólo podría llevarse a cabo de manera fraudulenta, el lumbreras propone "sanciones ejemplarizantes" para estos casos, induciendo a que los propietarios decidan vender sus propiedades ante la falta de opciones, lo cual el individuo celebra, indicando que así "el Estado podrá comprarlas todas y tener un parque público de alquiler social mucho más rápido que si hubiese que construir viviendas". 

No diga solución, diga Echenique. En definitiva, su propuesta es ahogar tanto a los propietarios de viviendas que estos tengan que venderlas para que el Estado se haga con ellas a precio de chollo. ¿Les suena familiar? A Hugo Chávez sí. De su publicación, de apenas 100 palabras, se desprenden cuatro ideas básicas que resuenan como un martillo: prohibir, gravar, sancionar y expropiar. El mantra de la izquierda, la consigna sagrada. De ponerse las pilas con sus obligaciones y construir vivienda social ni hace el amago de hablar, el mindundi. Es más, celebra que gracias a sus medidas, podrán seguir sin construir vivienda social otros tantos años. 

Lo que, intencionadamente o no, parece omitir este catedrático en disparates es que una vez que esa sea la realidad de España, poco importará tener el mejor parque público de viviendas del mundo, porque no quedarán españoles para vivir en tanta casa vacía. Tal vez sea por eso que este Gobierno se dedica a importarlos vía marítima, pero ese es otro tema. Si el señor Echenique piensa que los propietarios que se vean forzados a vender sus viviendas van a coger ese dinero y reinvertirlo en España, debería darle otra vuelta, ya que lo más probable es que ese dinero acabe en países en los que haya un mínimo de seguridad jurídica y en los que ser propietario no te convierta automáticamente en un criminal.

Lamentablemente, este es el nivel de la política en España. Esta persona, que se mueve con soltura entre los diferentes cargos internos de Podemos, ha llegado a ser Diputado en las Cortes Generales y a representar a España en el Parlamento Europeo, para vergüenza de medio país. Tristemente, mientras se siga permitiendo el cuñadismo político y se dé voz a opinólogos con doctorado en ciencias de la nada, el país seguirá degradando su calidad política cada vez más.

Javier María Falcón Soria es graduado en Administración y Dirección de Empresas y máster en Emprendimiento y Negocios Internacionales.