
De lunes a sábado, y desde las siete de la mañana hasta bien entrada la tarde, Tomás Sosa sigue empuñando las tijeras en su peluquería ubicada en la calle León y Castillo, en pleno corazón del barrio de San Juan, Telde. Con 54 años de trayectoria profesional, este barbero y peluquero se ha convertido en una figura emblemática del municipio, un testigo silencioso de la transformación de la ciudad y un confidente para varias generaciones de clientes.
Un legado que nació con las tijeras en la mano
Tomás comenzó en el oficio a los 12 años, cortando el pelo en el negocio familiar en Monte Quemado, donde creció rodeado de sus abuelos y tíos. Su pasión por el oficio lo llevó a abrir su propio salón tras licenciarse de la mili, inicialmente en un pequeño local frente al actual. "Estuve dos años allí y luego nos mudamos a esta ubicación, donde llevamos 52 años. Aquí he visto crecer al barrio y a mi clientela", relata con orgullo a Canarias7.
Con el paso de los años, su peluquería se ha convertido en mucho más que un lugar para cortarse el pelo. Es un punto de encuentro donde se comparten anécdotas, confidencias y la cotidianidad del barrio. "He pelado a abuelos, hijos, nietos y hasta bisnietos. Ese vínculo genera una confianza que va más allá del servicio; es amistad pura", comenta.
Una profesión en constante evolución
Tomás se define como barbero y peluquero, adaptándose a los tiempos sin perder su esencia. "Cuando empecé, la gente venía del campo, no había ni luz ni agua potable, y lavar la cabeza era un lujo. Hoy, los cortes de moda están influenciados por futbolistas y famosos, y aunque yo prefiero lo clásico, mi hijo Óliver está al día con lo moderno", explica entre risas.
Además del corte a máquina o tijera, Tomás destaca el regreso de los afeitados a navaja y los arreglos de barba, un servicio cada vez más demandado. "Muchos vienen buscando ese toque tradicional que solo la navaja puede dar", asegura.
El futuro garantizado con Óliver
Desde hace 28 años, su hijo Óliver Sosa Robaina comparte el timón del negocio, asegurando la continuidad del legado familiar. Juntos, han logrado mantener la peluquería como un referente en el barrio de San Juan, adaptándose a las necesidades de su fiel clientela, que abarca desde niños hasta clientes de más de 90 años.
La vida entre las tijeras y la familia
Tomás reside en Caserones Bajos y reconoce con humor que su vida gira en torno a su peluquería. "Mi mujer bromea diciendo que solo falta que me lleve la cama al local, porque estoy todo el día aquí", cuenta. Incluso sus comidas las realiza en la parte trasera del salón, mientras su hijo se ocupa de atender a los clientes.
A pesar de su intensa jornada laboral, Tomás matiza que, si la actividad lo permite, los sábados intenta salir antes para disfrutar del fin de semana. Sin embargo, sigue siendo fiel a su pasión y compromiso con el oficio: "Mientras me respeten el pulso y la vista, aquí estaré".
Más que un negocio, una familia
Arropado por su familia, abuelo de tres nietos y con el respaldo de una clientela que lo aprecia profundamente, Tomás Sosa sigue haciendo historia en San Juan. A punto de cumplir 74 años, asegura que su mayor orgullo es haber construido una peluquería que no solo es un negocio, sino un símbolo de tradición, comunidad y amor por el trabajo bien hecho.
Con tijeras en mano y el relevo asegurado, Tomás y Óliver Sosa continúan dejando huella en Telde, demostrando que las raíces de una ciudad se construyen con dedicación, oficio y cercanía.
Oliver | Lunes, 20 de Enero de 2025 a las 09:17:31 horas
Muchas gracias a Canarias 7 por este magnífico reportaje,en especial a Rafael,el periodista,y al chico fotógrafo,de parte del equipo que formamos la Peluquería Tomás...
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