Fernando Clavijo y Teodoro Sosa tienen que pensar en quién encabezará la lista por CC (o nombre de la plataforma transicional hasta que llegue la refundación completa) por la provincia de Las Palmas al Congreso de los Diputados. Carles Puigdemont está apretando a Pedro Sánchez en Madrid y, en cualquier instante, puede haber elecciones generales. Incluso, tal como están las cosas, Puig
demont mediante, probablemente se celebrarían antes de los comicios locales y autonómicos en Canarias. Dicho en plata, este llamamiento a las urnas estatales sería la primera prueba de fuego para el lagunero y el galdense junto a sus regidores grancanarios que le siguen en la operación. Sosa necesita que CC (o como se denomine) obtenga uno o dos escaños por esta circunscripción en la Cámara Baja para así asegurarse ser el más votado al Cabildo de Gran Canaria en la siguiente cita.
Pablo Rodríguez se presenta como una opción idónea para liderar la citaba plancha a las Cortes Generales. ¿Por qué? Primero, despeja el camino a CC en Telde (antiguo feudo de NC) pues aquí el arrinconamiento y destierro de Héctor Suárez escoltado del enaltecimiento de Juan Martel tiene como colofón atraer a Ciuca. La alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, está en disposición de ponérselo fácil a Juan Antonio Peña para que todos concurran en esta nueva constelación nacionalista canaria. Además, Rodríguez se mostró cómodo, en su salsa, con la entrevista reciente que le hizo el diario ‘El País’.
Si el actual consejero de Obras Públicas, Vivienda y Movilidad se convierte en la persona de confianza de Clavijo y Sosa en Madrid, enseguida este espacio en el Gobierno de Canarias necesitaría recambio. Aquí Clavijo le interesa (y mucho) dar cancha ya a las huestes de Gáldar. Entre otras cosas, porque de este modo ahondaría en la crisis del cabildo grancanario.
Por tanto, de aquí a 2027, Clavijo reforzará el triángulo insular conformado por Gáldar (más Guía y Agaete), Telde y Mogán. Y el pretendido éxito electoral entonces tendrá que superar, previamente, el examen de las elecciones generales que Puigdemont puede provocar de una u otra manera. Lo que está claro, todo apunta en esa dirección, es que el espacio nacionalista canario que se está constituyendo tendrá antes que nada que someterse al veredicto en las urnas de cara al Congreso de los Diputados y al Senado. Tal como está la precariedad de Sánchez, difícilmente aguante pasado mayo de 2027, que es cuando toca (supuestamente) que en las islas elijamos nuestros representantes a los ayuntamientos, cabildos y Parlamento. Todo se precipita. Habrá mambo, mucho mambo.
























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