Puede que ya muchos se hayan olvidado de los buenos propósitos para 2025. Que estos quedasen atrás, en el rebumbio de Nochevieja y su posterior resaca. Los parabienes y deseos se diluyen poco a poco, al mismo ritmo con el que la rutina adopta su liturgia inapelable. Sin embargo, hay un afán que se comparte curso tras curso y que es invariable: la salud. Sin eso no hay nada más, el resto no aparece en la vida. La salud es, desde luego, lo que invocan los pacientes que aguardan jornada tras jornada en malas condiciones en el servicio de urgencias del Hospital Universitario de Canarias en Tenerife. Ellos inquietos y sus familias preocupadas. Indignación rampante. Las congestiones en las urgencias hospitalarias no tienen un pase, con o sin pico de la gripe. Gracias que aún los centros de salud funcionan razonablemente bien en el área de urgencias, tanto los urbanos como los de medianías y rurales. Eso sí, siempre que esa noche o fin de semana no te deriven al hospital de referencia para hacerte una prueba.
Hace poco más de una década el servicio de las urgencias hospitalarias ya era cuestión que despertaba preocupación. Entonces el Defensor del Pueblo junto a las defensorías autonómicas realizaron un informe especial y público para el caso: sistema de aplicación, privacidad del usuario, sugerencias y recomendaciones… El diputado del Común entonces era Jerónimo Saavedra. El mismo que siendo presidente del Gobierno de Canarias en la década de los ochenta tuvo como prioridad invertir en educación, que tanto hacía falta en esta tierra. Sin educación y sin cultura no hay libertad, no hay pueblo con autoestima.
De momento, el caos del servicio de urgencias se ciñe al Hospital Universitario de Canarias. Pero mañana puede ser otro recinto hospitalario el afectado. La consejera de Sanidad, Esther Monzón, estará metida en el tema, tratando de subsanar la insatisfacción creciente en Tenerife. En realidad, es una cartera que nadie quiere o que la toma sabiendo que es un frente de desgaste político importante. En el primero Gobierno de Fernando Clavijo ya el consejero del ramo, el neurocirujano Jesús Morera, tuvo sus encontronazos con Rosa Dávila, que por aquellos años llevaba las cuentas del Gabinete autonómico. Aquel tropezón entre CC y PSOE profundizó en la crisis que acabaría con la expulsión de los consejeros socialistas por parte de Clavijo.
El día que llevar las riendas del área de Sanidad sea algo relativamente normal, apacible, significará que las islas ostentan un servicio público sanitario envidiable. Que es lo que desea la gran mayoría. Sobre todo, la que no puede (ni debe) costearse la vía privada. Para algo pagamos impuestos.
Olga Maria Rivero Santana | Jueves, 16 de Enero de 2025 a las 09:25:35 horas
La Sanidad, como otros servicios fundamentales para los ciudadanos, sigue siendo "la muletilla" recurrente de todos los partidos, para la propaganda electoral con la que "comen la cabeza" elecciones tras elecciones, poniéndose cada partído como "los salvadores únicos" y al resto como los malos malísimos ¡y PICAMOS!,, y pasadas las mismas, vemos como NO CAMBIA NADA, y Todo va empeorando.
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