
No se entiende que un ministro del PSOE esté en contra de la reducción de la jornada laboral. Tanto recordar la Segunda República pero luego quieren a los camareros, cajeras de supermercado, barrenderos, agricultores, oficinistas… media hora trabajando de más, que viene a ser la que dispondrían para sí mismos si el PSOE respaldase la propuesta de la vicepresidenta Yolanda Díaz, Comisiones Obreras y UGT. Cuando se trata de rescatar el pasado, la izquierda socialista es pura e intacta; cuando procedió la reforma laboral que desmontase la del PP (que quedó incompleta, pues la indemnización por despido es aún la de la época de Mariano Rajoy) y
ahora bajar por ley la semana laboral a 37 horas y media, asoman enseguida los reparos y dejadeces múltiples de una socialdemocracia descafeinada que ya ni es socialdemocracia.
Miguel Boyer, Carlos Solchaga, Pedro Solbes, Nadia Calviño, Carlos Cuerpo… Los diferentes titulares de la cartera de Economía frenan por costumbre los tímidos avances a favor de la clase trabajadora. En campaña electoral, el PSOE es de izquierdas. Cuando gobierna, irrumpen los tecnicismos que bloquean las ligeras mejoras para los currelas. Desde el ‘felipismo’ que se quitó la chaqueta de pana hasta la actualidad, la tónica es la misma.
Claro está, si José Luis Rodríguez Zapatero perpetró recortes en mayo de 2010, ¿cómo iba a quedar tras el ‘austericidio’ y el 15M una mayoría social que votase ampliamente al PSOE? Bien mirado, los 121 escaños de Pedro Sánchez no está nada mal. Incluso, es un referente para el resto de los socialistas europeos; en muchos países los partidos socialdemócratas han sido rebasados por otras formaciones de izquierdas.
El problema de la ministra de Trabajo y Economía Social, la jefa teórica de Sumar, es que está sola. Para ser exactos: no tiene partido propio. Lo intentó pero naufragó. La división entre Unidas Podemos y Sumar retrae considerablemente los posibles de la izquierda. Y Díaz se queja de las resistencias de su colega Cuerpo, que viene a comportarse igual que Calviño, pero de nada sirve si no entiende su soledad (buscada o no) que le hará pasar a la Historia por una buena responsable de Trabajo que quedó en eso, nada más. Puede llegar más lejos si tuviera unas siglas, de verdad. Pero no las tiene. Ella llegó a donde llegó gracias a Unidas Podemos que, a su vez, bebió del 15M. Pablo Iglesias la ungió como sucesora ante los suyos. Unidas Podemos tampoco ha sido hábil en sus menesteres. Con todo, esto es lo que hay. Proletarias y proletarios de España, ¡sigan trabajando media hora más cada día!
























Erasmo Quintana Ruiz | Martes, 07 de Enero de 2025 a las 09:55:52 horas
Está Democracia es un espejismo de ella misma. Que un partido facha (PP) en la mismísima oposición gobierne en el país, lo dice todo. Que un partido que nació Republicano (PSOE) sea hoy más monárquico que el ABC, manda narices. Que este partido se diga progresista y no defienda al pueblo saharaui, ninguneado por la bota del Sultanito, es demasiado. El PSOE no se conoce con este Pedro Sánchez.
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