La sintonía entre CC y PNV es manifiesta. Ahora se abre una nueva fase, a son del reparto de menores migrantes, en el que Fernando Clavijo e Imanol Pradales hacen una propuesta al resto de presidentes autonómicos. El hecho en sí es la palpable intención de emular la responsabilidad, moderación e imagen del PNV.
Este, sin ir más lejos, es el que mejor regatea en los apoyos parlamentarios con el PSOE y PP, en función de las circunstancias y las necesidades vascas. De hecho, pasó en cuestión de días de respaldar los últimos Presupuestos Generales del Estado de Mariano Rajoy a votar a favor de la moción de censura que Pedro Sánchez le presentó al gallego. Esta es la gran ventaja de las formaciones nacionalistas periféricas en relación a los protagonistas del bipartidismo dinástico y sistémico (PSOE y PP).
Que CC pase de ser un falso PNV a ser algo similar, de verdad, al PNV pero en el archipiélago, es el gran reto que tiene pendiente Clavijo. Dicho en plata, que CC deje der ser vista como las siglas de una parte del empresariado, que CC no esté hipotecada a ser una referencia (casi) exclusiva de Tenerife. Y es aquí donde conecta con la crisis interna que atraviesa NC. Desde la escisión a comienzos de siglo, CC perdió el componente social que le urge recuperar. De las medidas que adopten desde Presidencia dependerá el resultado. El PP no tiene margen de maniobra para impedírselo al lagunero.
Si Clavijo logra lo anterior, tendrá el horizonte político otorgando rendimientos que le sumen. Vamos, un escenario de crecimiento. Si no lo hace, perderá una gran ocasión. Dicho de otra manera, la tarea que tiene Clavijo es que CC no sea el foralismo navarro de UPN (el falso PNV) y sí se torne en un PNV real, capaz de ser identificado en esos parámetros sociales. Y volvemos al peso socioeconómico que tiene Gran Canaria para este menester.
Pasar de la fotografía con el lehendakari a rubricar bienestar para la mayoría social de las islas, está en manos de Clavijo. El Boletín Oficial de Canarias consagra o no las buenas intenciones del posado. Recorrer esa senda pende de la voluntad del presidente. El barullo en Madrid, además, le ensancha el campo de juego. Ocurra lo que ocurra en 2025, Carles Puigdemont mediante, PSOE y PP no se pondrán de acuerdo. La algarabía persistirá. Y no habrá mayorías absolutas.
Juan G. V. | Sábado, 04 de Enero de 2025 a las 13:48:18 horas
Repugnante que la extrema derecha aproveche cualquier artículo para hacer su repugnante alegato en contra de la paz social y la convivencia.
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