
Hoy he perdido a una gran compañera. Estuvo conmigo durante casi sesenta años.
Por no sé qué motivo, hace sólo unos meses, se picó conmigo. Intenté salvarla, pues hasta en tres especialistas estuve con ella, a ver si alguno rebatía el diagnóstico del primero: No había salvación: estaba desahuciada.
Así es que ayer, con entereza, lo afronté, fui al especialista en Odontología, que procedió, siguiendo mis instrucciones, a quitarme la muela picada.
Hoy estoy a base de yogurt, dolorido, es como si se hubiese ido parte de mí.
Indiscutiblemente, me ha dejado un hueco, que, quizás con el tiempo, otra pueda ocupar, aunque nunca será lo mismo.
Quise recuperarla para ofrecerle una digna sepultura, más, cumpliendo con el protocolo, acabó en el depósito de restos biológicos peligrosos, por aquello que estuvo muchos años triturando lo que se le ponía debajo.
Ya tenía elegida la música y canción que acompañaría en su entierro: Cuando una amiga se va
Mafersa es Manuel Fernández Sarmiento, estudiante del Diploma de Estudios Científicos y Tecnológicos de La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
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