Goro

Podemos contemplar,  cuando venimos por el autopista de Gran Canaria en dirección a Las Palmas de Gran Canaria, con una escultura  obra de Máximo Riol Cimas, amigo entrañable, buena persona y de una enorme capacidad creativa. Nos referimos a su obra Goro, que además se ha convertido en la seña de identidad del Parque empresarial de la referida localidad teldense y que recientemente ha celebrado su XXX Aniversario.

     La obra, objeto de análisis es  una escultura de bulto redondo o exento elaborada con acero cortén y hormigón armado,  como elemento de soporte a la misma. Se trata de una obra abstracta. La pieza,  contando con la referida base de hormigón,  tiene una altura de doce metros y unos 2.700 kilos. Se encuentra a la altura de la Autovía a-1 de Gran Canaria. Sus dimensiones son de 5,5 x 4,5x1,5 metros.

Observamos una pieza con bordes irregulares,  que a manera de brazos que se intentan unir, dejan abierta su parte superior;  sin olvidar el espacio horadado totalmente del interior de la pieza, lo que acentúa los contrastes lumínicos por sus bordes acabados de líneas  irregulares y en distintas posiciones. La pieza de acero cortén  posee una altura de cinco metros y medio en su punto más elevado, cuatro metros y medio de ancho y metro y medio de profundidad. La obra representa la planta de los antiguos goros de piedra seca,  usados por los primitivos habitantes de Gran Canaria para cobijar el ganado y pertenece a su serie de obras,  que elaboró bajo el título de “Hábitat”(1).

  La obra “Goro” fue inaugurada el día 3 de mayo de 2001. Se halla situada en una rotonda muy próxima a la autopista de GC-1 de la urbanización industrial del Goro. La obra fue producto de la loable iniciativa de la Asociación de Empresarios “El Goro”.

Para concluir transcribimos las palabras del crítico Allen sobre esta obra, recogidas en su libro la Ruta del Monumento dedicado a la obra creativa de Máximo Riol: “ Goro es la barroquización de la estética naturalista que data de la Serie Domus. El cubo perfecto y el rectángulo áureo han desaparecido en beneficio de una dinámica de crecimiento vertical y lateral propia de las plantas sinuosas. El espacio interior es amplio y de perfiles caprichosos. La gruta dibujada no es la célula oclusiva de la Sima ni tampoco el óvalo armónico del Homo. El interior creado confirma las tendencias estilísticas que se manifestaron en La Portada y en Palmeras con olor a mujer. Este monumento que recuerda los efímeros refugios que erigían los pastores de cabras  en las llanuras del sureste grancanario, establece dos aspectos innovadores. Una interpretación ya claramente barroca que afecta tanto a la línea como al volumen. La simetría da paso a una sucesión de planos ondulantes que desafía el racionalismo neoconstructivo del escultor. A pesar de esta libertad de la forma exuberante, un pulso geométrico sigue actuando en la concepción del volumen, Goro nos sitúa en la antesala del Jardín de Las Hespérides. La sombra, a raíz del polimorfismo empleado, adquiere un dramatismo insospechado.”(2)

Notas

C.J.O.: “El monumento escultórico “Goro” de Riol, quedó instalado ayer en el polígono industrial. Canarias 7,4-5-2001,p.34.

Idem: “Una escultura de Riol preside desde hoy uno de los accesos al polígono industrial de El Goro”. Canarias 7, 3-5-2001,p.32.

 ALLEN, J.: La ruta del monumento. Máximo Riol. Obra escultórica 1986-2002. Taller de Escultura Riol S.L.2002, p.108.