Hay momentos decisivos en política que pasan inadvertidos para gran parte de la opinión pública. Ahora mismo se está produciendo uno en la Mesa del Congreso de los Diputados a cuenta de la iniciativa de Junts para que el pleno vote la necesidad de que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza. Vaya por delante que la cuestión de confianza es competencia exclusiva del presidente del Gobierno. Pero una cosa es esa y otra la posibilidad de debatir en la Cámara la idoneidad de que el jefe del Ejecutivo diese ese paso. En la medida que si prospera la proposición parlamentaria carece de naturaleza vinculante para Sánchez, ¿por qué no debatirlo en sede parlamentaria como una opción o una sugerencia? Estamos ante una mo
ción de censura encubierta. Al menos, materialmente. Formalmente es un debate, y este no se le puede usurpar al Congreso de los Diputados.
Hasta aquí el trance jurídico. Mas paralelamente está el asunto político: si el PSOE rehúye la petición de Puigdemont, el vínculo entre Junts y Sánchez estará roto y, por tanto, la legislatura en franca quiebra. Vamos, que los movimientos que se están produciendo son de calado. ¿Qué hizo ayer la Mesa? Francina Armengol optó por posponer la admisión a trámite la idea de Junts. Dicho en plata, ganar tiempo. Sin embargo, Puigdemont toma nota. Y aumentará la presión sobre La Moncloa; y no solo a cuenta de respaldar o no los Presupuestos de 2025.
La vida política en España la marca Puigdemont desde Bélgica. Si Sánchez accede a su listado de pretensiones, dependan o no de La Moncloa, la legislatura prosigue. En caso contrario, se romperá la cuerda. Y es aquí donde entra esta iniciativa parlamentaria rocambolesca o endiablada. Los servicios jurídicos de la Cámara no se han opuesto. Y la decisión recae sobre la Mesa donde PSOE y Sumar tienen mayoría.
Todo lo anterior no significa que Junts y PP vayan de la mano. Alberto Núñez Feijóo esté atado a Vox, el gallego está apalancado. Pero el caos político es obra de Puigdemont, lo gestiona a su gusto. Tiene la sartén por el mango. Es innegable. Y eso hay que pagarlo con creces. Ese es el mensaje a Sánchez. Con la salida de Francina Armengol de esquivar la situación ayer, nos pondremos después de las fiestas navideñas. Pero Puigdemont dictaminará la viabilidad de la legislatura.























Olga Maria Rivero Santana | Miércoles, 18 de Diciembre de 2024 a las 13:47:54 horas
¡Todo para el pueblo, PERO SIN EL PUEBLO! ¡La GRAN FARSA de LA CASTA POLÍTICA! ¡Ojalá el PUEBLO DESPIERTE y no les sigamos permitiendo tanta HUMILLACIÓN a ninguno de ellos y ellas!
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