La gobernabilidad futura se decidiría por los flancos ideológicos, sea a izquierda o derecha. Esa es la conclusión que arroja la encuesta publicada ayer por ‘La Provincia’, elaborada por GESOP, en la que el PP volvería a ser primera fuerza pero quedándose prácticamente igual que en 2023 (135-139 escaños), seguida de un PSOE que quedaría igual o ligeramente a la baja (117-121 actas). Es decir, que lo que esta vez sí le daría el acceso a La Moncloa a Alberto Núñez Feijóo sería que con Vox tendría mayoría absoluta. M
ientras, Sumar se desinfla. En la medida que la izquierda a la izquierda del PSOE está dividida (Sumar y Unidas Podemos) y la ultraderecha incluso crecería, el PP gobernaría.
Un pacto de Feijóo con Santiago Abascal no sería nada cómodo para el PP. Por lo que en ese momento volvería a resurgir el dilema bipartidista que hace un tiempo lleva sobrevolando: la abstención del PSOE a favor de los populares para evitar que la extrema derecha tenga rúbrica en el Boletín Oficial del Estado. Esta tendencia ya se ha impuesto en Portugal. Y en España la conocimos cuando la gestora socialista, tras haber Ferraz descabalgado a Pedro Sánchez, optó por la abstención en beneficio de Mariano Rajoy a cambio de pactar algunas medidas sociales.
En 2023 podía haber ocurrido esto. De hecho, en el debate electoral en televisión entre Sánchez y Feijóo, el segundo le brindó al primero la posibilidad de que uno al otro se apoyaría en función de quién fuese el más votado. Evidentemente, el gallego lanzaba la idea con trampa pues sabía (había entonces consenso demoscópico) de que ganaría las elecciones. Lo que no contaba es que con Vox no sumase los 176 escaños. Se quedó a las puertas. Pero siendo Sumar una carcasa y en plena guerra con Unidas Podemos, al PSOE no le sale las cuentas ni de broma.
Con todo, lo importante es asumir que el esplendor del bipartidismo de antaño, el previo a 2015, no retornará sin más. Ni está ni se le espera, en términos del 23F. Y la duda irrumpirá antes o después en el PSOE o el PP, ¿por qué no respaldar a tu principal adversario como opción menos mala con tal de evitar otros gobiernos? La socialdemocracia tiene que impedir, a toda costa, que Vox llegue a La Moncloa. Si con los nacionalismos periféricos la calculadora rechaza a Sánchez, la meta socialdemócrata es cerrarle el paso a la ultraderecha. Le cueste lo que le cueste al PSOE, como diría José Luis Rodríguez Zapatero.
























Olga Maria Rivero Santana | Martes, 17 de Diciembre de 2024 a las 11:23:36 horas
Las "ultras", sean de derechas o de izquierdas, (como ocurre ahora), son igual de negativas. Ya vemos que con tal de coger "PODER", se "traga" con lo que sea, y las "ideologías" en poco o en nada, se "diferencian" ya unas de otras. Sigo pidiendo que El Pueblo, no nos dejemos "manipular" por ninguno de ellos, pues "lo suyo" POCO o NADA, tiene que ver con nuestras necesidades.
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