
Hoy mi canto es para Dios.
Yo no podré aceptar que te has ido.
Se siente en mi alma un vacío.
Oh Dios, no sólo perdí a mi hermano, también perdí a un amigo.
Sólo te pido le lleves de tu mano, que seas su amigo y hermano, alúmbrale el camino, protégele sus pasos, bríndale tu abrigo en todo lo que el mundo le negó; su apreciado sueño que no cumplió, dáselo Tú.
Adiós hermano, adiós amigo, por siempre estará tu presencia en nuestra vida, en nuestra mente, en nuestro corazón y en nuestras oraciones.
PD: Esta pequeña carta la localicé buscando palabras en la que yo sentía identificado mi dolor, por lo que no soy la artífice de ella.

























Ana Rivero | Martes, 03 de Diciembre de 2024 a las 08:15:31 horas
Justo recordaba su año de partida y leí esta carta. Allá donde esté seguirá su sonrisa brillando, dando ánimos y positividad para la vida. Un beso al cielo!
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