Normalidad

Juego fuera de casa en términos futbolísticos, algo así vino a decir Alberto Núñez Feijóo en el 44 congreso confederal de UGT en Barcelona en el que ha revalidado esta semana su tercer mandato Pepe Álvarez. La importancia de la participación de Feijóo es que convierte en normal lo que hace tiempo tenía que haberlo sido o que lo fue pero con la polarización de los últimos años dejó de serlo. El líder de la oposición hace bien en acercarse al mundo sindical. Entre otras cosas, porque si el PP aspira a retornar a La Moncloa tendrá que ejercer el diálogo social. Y si el PP quiere representar al centro, esta es una bandera esencial. La misma que abanderó José María Aznar en su primera legislatura de 1996 a 2000. Luego quedó ensalzado por una mayoría absoluta que fue el principio del fin de su propio partido. En 2004 pasó el PP de tener la hegemonía en el Congreso de los Diputados a la bancada de la oposición, de una tacada.

UGT ha sido históricamente el sindicato del PSOE. Es su central afín mientras que Comisiones Obreras lo es del conjunto de la izquierda, cercana o no al PSOE. Los sindicatos de clase ostentan una gran importancia, más que los partidos políticos. Comisiones Obreras cuenta con alrededor de un millón de afiliados. Se dice pronto. 

El mundo del trabajo no puede ser ajeno al PP. Aunque sepa que no obtuviese en estos caladeros los votos que quisiese. Mas el PP está obligado a tender puentes. No puede quedar identificado como un agente sujeto a los empresarios. El voto centrípeto requiere este tipo de acciones. Máxime, cuando el gallego sabe que no gobierna desde 2023 porque la sociedad le tiene miedo (y con razón) a Vox.

Está pendiente la reducción de la jornada laboral vía legal. Que el Estatuto de los Trabajadores la reduzca a 37,5 horas por semana. Si Feijóo quiere se aprueba en breve pues a los escaños del PP se añadirían los del PSOE y Sumar, y otros. En la economía digital no tiene sentido mantener la jornada laboral de comienzos de la década de los años ochenta. Que Feijóo esté en el cónclave de UGT es una buena señal. Materializarla luego en respaldar la referida reducción horaria le haría ganar enteros. Lo tiene en bandeja. Cuantos más mensajes sociales lance el PP, más arrinconará a Vox.