
Fernando Clavijo tiene a su alcance ser presidente de Canarias por tres mandatos. Ninguno de sus predecesores lo ha conseguido, con independencia de las marcas políticas. Lo único que requiere es que no haya especiales sobresaltos (mírese la política estatal) de aquí a los próximos comicios
previstos en mayo de 2027. Podría disolver el Parlamento y convocar elecciones en el archipiélago, amén del Estatuto de Autonomía, pero no lo hará. Aunque tuviera la ocasión en bandeja, no es su talante. Prefiere jugar sobre seguro. Máxime, cuando tiene el viento a favor. Y el sistema electoral canario, tan peculiar, que descansa descaradamente sobre el territorio y no sobre el criterio poblacional, hace el resto.
Otra cosa es con quién gobernar. O, dicho de otra manera, quién será (proyectando de cara al futuro) el siguiente vicepresidente. Hay una costumbre no escrita en CC (la practicó Paulino Rivero) de gobernar en el archipiélago con la fuerza opuesta a la que está en La Moncloa. Una manera de presionar mejor en Madrid y ser más independiente en las negociaciones. Cuestión de gustos.
CC tiene, por tanto, el sistema electoral arrojando réditos a su favor. Por eso se ideó como se hizo a mitad de la década de los años noventa: aumentando las barreras electorales. La reforma estatutaria posterior no ha cambiado gran cosa la dinámica sociopolítica, por no decir casi nada. Y Clavijo ostenta fortaleza para bascular entre el PP y el PSOE.
El lagunero aspira a la expansión de CC que pasa por Gran Canaria. La asignatura pendiente de CC. Pero esta maniobra tan solo sería para tener más fuerza negociadora frente a populares y socialistas en 2027. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el cabildo es otro cantar; y aquí sí será decisivo cómo NC resuelva su debate interno. Pero a escala autonómica Clavijo ya tiene buenas cartas. Y podría tenerlas aún mejores en función de los acontecimientos canariones. Está la mar tan en calma para Clavijo que solo tiene que estar cauteloso con lo que acontezca en Madrid. Eso sí, una clave que CC no debería obviar: tanto el PSOE como el PP, que son partidos sistémicos, están en una posición frágil nacional en cuestión de pactos, sea a izquierda o derecha. El sistema del 78, el de la Transición, no se concibe si uno de los dos se desploma institucionalmente. Eso nos llevaría a otra dimensión. Por lo demás, Clavijo está tranquilo.

























Olga Maria Rivero Santana | Martes, 26 de Noviembre de 2024 a las 13:59:19 horas
Hace mucha falta la "tranquilidad" en la política, para recuperar la cnfianza de una ciudadanía más que ¡arta y decepcionada! con todos los partidos, porque al final ¡no nos sentimos representados por ninguno!, pues vemos como han actuado y lo siguen haciendo, con los muchos problemas que teníamos y tenemos, los cuales se han generado por sus NO ACCIONES, y otros POR SUS MALAS ACCIONES.
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