¡Encender la Navidad:.. Y que su espíritu no se apague!

Se acerca la Navidad y escuchamos como muchos lugares se preparan para el encendido navideño, así como para la decoración de las calles y en otros también la colocación de los Nacimientos, que es mucho más que un adorno, algo que como cultura cristiana no debemos perder nunca, como afortunadamente estamos haciendo con otras tradiciones nuestras como es “El día de los Finaos” etc.

Integrar otras culturas no es descuidar la nuestra (cada uno es quien debe integrarse en el lugar nuevo que ha elegido para vivir, respetando sus costumbres) y al final, independientemente de las ideologías religiosas, culturales y de las cuestiones comerciales, la Navidad es un tiempo que nos invita al encuentro, a la solidaridad, a volver a reencontrarnos con nuestras raíces cristianas y también humanas, por lo dicho anteriormente.

Sabemos “cuántas oscuridades”, “cuánto dolor y sufrimientos” cubren nuestras vidas y a nuestro mundo en la actualidad:

La de la violencia.- En todos los colectivos y en sus múltiples formas, que lejos de disminuir se han ido incrementando de forma horrorosa, y por eso las guerras cada vez se expanden más, con armas más “sofisticadas” pensadas para hacer el mayor daño posible. Pronto se nos olvidan las frases de:¡”nunca más”! dichas al terminar algunas de ellas o tras pasar por catástrofes, sean naturales u ocasionadas por el hombre.

Las que se sufren en el entorno familiar, escolar, político, laboral y en general, en todos los sectores de nuestra sociedad.

La de la indiferencia y falta de empatía.- Aquí hemos llegado a una lamentable máxima de ¡sálvese quién pueda! y por desgracia lo vemos en las actitudes de una parte de la clase política, que ni en momentos terribles como los vividos en nuestro país (Dana de Valencia), como ha ocurrido con otras (Volcán de la Palma), etc… no son capaces de dejar a un lado sus rastreros intereses y se hayan puesto a lo que era y es su primera obligación: prevenir y actuar con la premura que la gravedad de la situación requería y sigue requiriendo y muy al contrario, han “seguido su guión” con lo de: ¡la culpa es de….no mía!..

La de la falta de coherencia y transparencia en la clase política.- Sabemos que cualquier ciudadano de a pie que quiera presentarse a oposiciones para ocupar un puesto público, sabe que no podría si tiene cuestiones pendientes con la justicia. Pues bien, los políticos “no tienen ese problema”: se les “rebaja”, se les “paraliza” o se les “amnistía” sus “presuntos delitos” y ¡ya está!

Por todo ésto y mucho más que estamos viviendo y padeciendo en nuestro mundo, es más necesario que nunca encender luces de esperanzas desde todas las Instituciones, Administraciones y Colectivos, desde todas las corrientes e ideologías políticas traducidas en acciones concretas, que “no se apaguen nunca”.

Luces de transparencia, verdad y compromiso, de todos y cada uno de nosotros, que no dejemos ninguna sensación de decepción, amargura y abandono  cuando terminadas las celebraciones navideñas, se vuelvan a “desmontar los decorados”,  para seguir cayendo aún más abajo en nuestra condición de ¡seres humanos!, pues ésto es lo que nos hace a todos iguales, con las mismas necesidades, aspiraciones, miedos y derechos fundamentales.

¡Felices, diferentes, comprometidas y auténticas fiestas de Navidad y un Año Nuevo 2025 con “cambios positivos y reales” para todos, que se tienen que gestar desde ya!