
El alumbrado público de Telde, una ciudad que se enorgullece de su historia -la pasada semana festejó el 673 aniversario de su fundación- se encuentra desde hace meses sumido en la penumbra. Noche tras noche, los residentes de diversos barrios se enfrentan a la inquietante oscuridad que se cierne sobre sus calles, generando un ambiente de inseguridad y desconcierto.
¿Qué está sucediendo con el sistema de iluminación pública? ¿Por qué persisten los fallos y averías que dejan a tantos vecindarios a oscuras un día sí y otro también? ¿Cómo es posible que el casco histórico de la ciudad, especialmente su calle principal, presente una deficiencia lumínica que empobrece sus valores arquitectónicos y artísticos? Estas son sólo algunas de las preguntas que se hacen a diario los ciudadanos de Telde.
La empresa concesionaria del servicio, Elecnor, se encuentra en el ojo del huracán desde hace muchos meses por este motivo. Los ciudadanos se preguntan qué medidas está tomando para resolver esta situación que afecta a su calidad de vida. Sin embargo, el silencio parece ser la única respuesta, tanto por parte de la empresa como de la dirección política encargada de supervisar el servicio. Este mutismo ha generado una creciente frustración entre los habitantes, quienes exigen transparencia y soluciones efectivas.
Los fallos y averías en el sistema de iluminación no son incidentes aislados, sino que se han convertido en una constante que afecta a diversas áreas de la ciudad. La falta de luz no solo dificulta la movilidad nocturna, sino que también incrementa la percepción de inseguridad entre los ciudadanos, quienes se sienten vulnerables ante la posibilidad de robos o accidentes.
En este contexto, es crucial examinar las causas subyacentes de estos problemas. ¿Se trata de un mantenimiento deficiente, una infraestructura obsoleta o una gestión ineficaz? La falta de información clara y precisa solo alimenta la especulación y el descontento. Mientras tanto, la oscuridad sigue siendo una constante en las noches de Telde, afectando no solo la seguridad, sino también la percepción de los ciudadanos sobre la eficacia de sus autoridades locales.
Por otro lado, la dirección política del servicio también es cuestionada. Los ciudadanos se sienten desamparados ante el silencio de la Concejalía de Alumbrado Público, cuyo titular es el edil Juan Francisco Artiles (Más por Telde), que parece no tener una postura clara o una estrategia definida para abordar el problema. Pero también lo están por la falta de interés que evidencia la oposición por este problema cada vez más preocupante.
El silencio que rodea este asunto es ensordecedor. En una era donde la comunicación y la transparencia son fundamentales para la confianza pública, la ausencia de declaraciones oficiales y la falta de un plan de acción visible resultan alarmantes. Los habitantes de Telde merecen saber qué está ocurriendo con un servicio tan esencial como el alumbrado público y qué se está haciendo para garantizar su correcto funcionamiento.
La situación del alumbrado público en Telde es un reflejo de la necesidad de una gestión más proactiva y transparente. Los ciudadanos merecen respuestas y, sobre todo, acciones concretas que garanticen un servicio de calidad. En un mundo donde la iluminación urbana es sinónimo de progreso y seguridad, Telde no puede permitirse quedar a oscuras.
En este contexto, es crucial que tanto Elecnor como las autoridades locales tomen medidas inmediatas para restablecer la confianza de los ciudadanos. La implementación de un plan de mantenimiento efectivo, la mejora de la comunicación con los vecinos y la rendición de cuentas son pasos necesarios para resolver esta situación. Solo a través de un esfuerzo conjunto y transparente se podrá devolver la luz a las calles de Telde y, con ella, la tranquilidad a sus habitantes.
Julio | Lunes, 17 de Febrero de 2025 a las 14:36:57 horas
Están desviando la atención con culpar a Elecnor. La culpa como responsable del servicio es del ayuntamiento de Telde. No hay más.
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