
En el barrio de Caserones Altos, los vecinos se enfrentan un problema que, aunque podría parecer menor, se ha convertido en una auténtica odisea cada vez que el cielo decide abrir sus compuertas.
Las rejillas de una toma de aguas pluviales, ubicadas estratégicamente frente al colegio CEIP Los Caserones y delante de domicilios particulares, se han convertido en el epicentro de una serie de desventuras acuáticas.
Un grupo de vecinos se ha visto obligado a convertirse en improvisados fontaneros cada vez que las nubes se tornan grises. Las rejillas se atascan con una frecuencia alarmante, provocando que el agua se acumule y amenace con invadir las viviendas cercanas. En un acto de desesperación, los residentes en la calle han adoptado la costumbre de levantar la tapa con una barra para evitar que el agua entre en sus hogares.
Pero la historia no termina aquí. La ubicación de la rejilla, justo en la salida de los domicilios, añade un toque de peligro. Los peatones, desprevenidos, podrían encontrarse con un inesperado chapuzón o, peor aún, con un resbalón.
Los vecinos, en su búsqueda de soluciones, han tocado todas las puertas posibles, incluso la de la Policía Local, que les ha sugerido hacer pública la situación a través de TELDEACTUALIDAD, con la esperanza de que alguien, en algún lugar, escuche su clamor.
Antonio C | Jueves, 31 de Octubre de 2024 a las 07:04:11 horas
Eso también pasa a la salida y entrada desde la Gran Canaria 1 hacía la Remudas y viceversa, y no busca una solución lo intentado pero no lo logrado, que bueno son
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