Un congreso tranquilo

El PSOE de Canarias celebrará los días 24, 25 y 26 de enero en Tenerife su congreso. Alfombra roja para Ángel Víctor Torres que, a buen seguro, repetirá como candidato en 2027. Antes o después, todo apunta a que el aruquense volverá a la primera línea parlamentaria isleña pues las olas estatales pueden virar y entonces tendrá su fortín en el partido en el archipiélago. Es más, su nombramiento como ministro no le ha apartado (ni por asomo) de la cotidianeidad política en nuestra tierra. Todo lo contrario. Se deja ver como el que más. Lo de ser ministro, como lo era ser antes, por ejemplo en tiempos de Jerónimo Saavedra, anidado en el día a día en Madrid, es agua pasada. Hoy, con un despacho en la plaza de La Feria, en las instalaciones de la Delegación del Gobierno, y amén de internet, las cosas han cambiado y mucho.

El administrativista Alejandro Nieto, en su libro ‘La “nueva” organización del desgobierno’ (Ariel, 2003), ilustra muy bien las andanzas y desventuras de los políticos y la política en el poder central. La gestión de la denominada cosa pública en democracia dista actualmente de lo que fue en la década de los años ochenta y noventa. CC y PP pensaban que el nombramiento de Torres como ministro equivalía a dar un salto a una agenda alejada del archipiélago, típica del valor presencial sobre el terreno de antaño, y no es así. 

Lo que ocurra después de 2027, ya se verá. Mucho lloverá de aquí a ese año. Y puede (o no) que las dinámicas en Madrid y en Canarias sean las mismas o, por el contrario, diferentes. Lo que está claro es que la reelección de Torres como secretario general de los socialistas canarios alarga su trayectoria pública por cuatro años de mandato más lo que propicie la inercia electoral e institucional. Eso, como mínimo.

Que tras 2027 sea ministro, presidente, vicepresidente o líder de la oposición en Canarias dependerá de múltiples factores que nadie sabe en octubre de 2024. Solo cabe especular sobre un horizonte que, en cualquier caso, le será positivo pues seguirá en la batalla partidista. Es de los pocos líderes territoriales que le ha ofrecido a Ferraz ser el más votado. Y eso vale oro a nivel interno. Por eso Pedro Sánchez lo tiene cerca. Es un baluarte en el que apoyarse.