A finales de este mes tendrán lugar las tradicionales fiestas del PCE en Rivas (Madrid). Siempre ocurre a estas alturas del año, comenzando el curso político. Y tiene arraigo. Desde la democracia, el PCE e IU han celebrado ahí un encuentro festivo, cultural y mitinero donde Santiago Carrillo, Gerardo Iglesias, Julio Anguita, Francisco Frutos, Gaspar Llamazares, Cayo Lara, Alberto Garzón… han desfilado con sus escuderos. Entre bebidas en homenaje a la revolución cubana y estands de venta de libros, se desenvuelve un ambiente de fraternidad.
Sin embargo, hay una novedad este 2024: participarán el PCE (naturalmente), IU y Unidas Podemos. Es decir, se busca deliberadamente el reencuentro de la izquierda. Y esto tiene que ocurrir con independencia de los egos de uno u otro lado, que no van a ningún lado y que, sobre todo, no tienen que pagar sus diferencias la clase media y trabajadora que desea una papeleta de izquierdas consistente cuando acude a depositar su voto al colegio electoral. La división protagonizada por Sumar (donde va de la mano IU) y Unidas Podemos, no tiene ningún sentido. Castiga a la izquierda.
Así las cosas, es un primer paso. Solo reuniéndose en unas mismas siglas todos, sin exclusiones, tendrá la izquierda a la izquierda del PSOE opciones reales de ser influyente en la política del Estado. Y, no siendo menos, solo así podrá el PSOE ostentar posibilidades reales de permanecer en La Moncloa. Todo el ambiente político-mediático que se gestó tiempo atrás para liquidar a Unidas Podemos fue un craso error. Y estuvo a punto de sacrificar el Ejecutivo de coalición en 2023. De hecho, por los pelos Pedro Sánchez pudo revalidar su mandato.
A mayor debilidad parlamentaria, naturalmente más opciones tendrán las derechas de gobernar. Pero con el añadido de que nadie garantiza de que el PP ‘per se’ gobernaría sino que precisaría de las ultraderechas (Vox y SALF). Y esto sí que no puede acontecer de ninguna de las maneras. La otrora lógica de alternancia bipartidista se averió. No concurre.
Los movimientos entre bambalinas que discurran entre Sumar y Unidas Podemos deben comenzar cuanto antes. No esperar a 2027. Cuanto más se tarde en empezar este camino, que no será sencillo, más difícil será articular un partido de izquierdas que aspire a 30 o 40 escaños en el próximo Congreso de los Diputados. En su momento, al originar IU, que fue al calor del referéndum ochentero de la OTAN convocado por Felipe González, también hubo que sortear obstáculos. Manos a la obra.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.19