Asier Antona

Asier Antona es uno de los políticos más visibles en las redes sociales. Su vida pública está monitorizada, narrada casi al instante para su legión de seguidores en internet. Si se toma un café, si se ha ido de marcha nocturna, si está en un paseo con sus hijos o a la espera para embarcar en el aeropuerto, su público, sean votantes o no, lo saben. Él, con su obrar, supera con creces el deber de transparencia por parte de todo responsable público; al menos, en las formas, en los hábitos. Sin embargo, todo ello iba parejo a un runrún eterno de viajes entre Gran Canaria, La Palma y Madrid. Y eso cansa, y mucho. No hay cuerpo que lo soporte. Y no todo es política, hay muchas cosas más. Así que ha decido dejar el acta en el Congreso de los Diputados y ceñirse a su labor como regidor.

El gesto es aplaudido y le hace ganar enteros en Santa Cruz de La Palma. Allí es apreciado, es popular. Es más, opta por lo más ingrato (el legislativo es más teórico) y, por tanto, ahora se presume que repetirá como candidato a la alcaldía en 2027. Al ritmo que va, querrá obtener mayoría absoluta. Y para eso hay que estar a pie de obra, trabajando a diario. 

En cierta medida, ocuparte de la alcaldía principal de La Palma le permite con el tiempo otros pasos: aspirar al Cabildo de la isla o retornar a disputas dentro del PP canario, en función de cómo quede Manuel Domínguez cuyo itinerario próximo está determinado por lo que decida Fernando Clavijo con el pacto con los populares. De momento, aguanta. Y se refuerza al calor del giro de Clavijo con motivo de la cuestión migratoria.

Antona se ha marchado de Madrid con los honores de su partido y la bendición de Alberto Núñez Feijóo. Y podrá reposar su cotidianeidad sin necesidad de perder media vida en los aeropuertos. No es lo mismo ser alcalde de Toledo o Segovia con acta en la capital del reino, que compaginarlo desde el archipiélago. Uno va tomando decisiones, eligiendo y descartando. Domínguez podrá tirar de él. Y este aceptar propuestas o mantenerse a cierta distancia por aquello de qué pase en 2027 y si hay rebumbio interno en su partido, como en los demás. Cada uno hace su cálculo. Antona ha hecho el suyo, es el que mejor lo sabe. Eso sí, por ahora ganará en calidad de vida.